El autoproclamado absolutista de la libre expresión, Elon Musk, ha cumplido su amenaza de la semana pasada al Center for Countering Digital Hate (CCDH), y les ha demandado. A este centro de investigadores que publicó estudios sobre el aumento de los discursos de odio en Twitter les echa la culpa de «ahuyentar a sus anunciantes», que han descendido en un 50% desde que llegó él a la dirección.
Pero los cargos son por temas contractuales y por scrapping de datos. Las 23 páginas de la demanda y todo lo que hemos averiguado están publicadas ya en Newtral. Algo curioso, el email de prensa de Twitter, el mismo que decían que estaba automatizado para mandar un emoji de caca [💩], nos ha enviado una respuesta decente.
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