Como periodista mujer que ha trabajado años en entornos digitales conozco de primera mano el acoso machista que existe en redes para cualquiera que se identifique con un avatar o nickname de mujer. No es exclusivo de estos entornos, también en las organizaciones de medios esta problemática subsiste y muchas veces aceptamos estas dinámicas como algo que viene de serie en la profesión y en la sociedad.
Una organización que lleva años tratando de entender este fenómeno es el International Press Institute (IPI). Además de desarrollar metodología para entender los patrones de los ataques, han mantenido entrevistas en profundidad con editores y periodistas de diferentes medios en 6 países de la Unión Europea. España ha sido uno de ellos, donde bajo la coordinación de la PDLI y especialmente de Yolanda Quintana, se han realizado varios focus groups, en los que participé. Todo esto sucedía durante 2018, ese año en que las mujeres salimos a la calle en España y no dejamos de salir y decir lo que tantas veces habíamos aceptado para no molestar.
En estos días se ha presentado Ontheline Newsrooms, el trabajo del IPI que recoge toda esa investigación y presenta una serie de medidas para que las redacciones puedan combatir el acoso que se da a través de plataformas digitales. Las medidas se clasifican en cuatro áreas: estructuras de las redacciones y mecanismos de apoyo, participantes implicados, moderación de la audiencia y un protocolo que puede ser adoptado por organizaciones de medios para apoyar a sus periodistas -tanto el equipo fijo como los freelance- cuando son víctimas de odio y campañas de desprestigio.