¿Y si pensamos que los fans no son altavoces de sus ídolos sino que resignifican su mensaje, yendo en muchos casos más allá de la celebridad y apropiándose de sus símbolos para crear nuevas narrativas? Manuel Cuéllar entrevista a Iván López Munuera, crítico y comisario de la exposición «Pop Politics: Activismos a 33 Revoluciones», abierta hasta el 21 de abril en el CA2M, en Madrid, y de allí recojo esto:
[…] pese a que Depeche Mode como grupo sean complacientes con los poderes fácticos y sociales en Gran Bretaña (en sus letras no hay ninguna voluntad de polemizar), la llegada de su música a socializaciones no previstas por ellos supone una activación reprogramada de su música en términos de disidencia frente al poder dominante, una actitud que ellos nunca tuvieron.
Ser fan no significa ser idiota, sino tratar de crear unas narrativas que se ajusten a lo que deseas de ti mismo, muchas veces de manera inconsciente o incluso restrictiva, pero siempre relevante. Dice más de lo que en un principio parece.
Imperdible la entrevista completa: Los fans como fuerza política en El Asombrario.