Hemos facturado con esa sensación de tener prisa aunque no la tuviéramos. T2 o T1, todo iba a darse bien pero los nervios siempre reclamando su rol concerniente a aeropuertos. La pastilla de la malaria con sus mil advertencias de efectos adversos escritos en el papelito y ahora en la cabeza pensando si lo que siento en el cuerpo es eso o es algo de lo que los médicos nunca tendrán idea.
Fuí despidiéndome de todo el mundo hasta que me di cuenta de que ya estaba sola con mi mochila y que era hora de salir de casa. El primer partido de España en este Mundial salió a lo largo del día de todas las bocas de otras personas ocasionales: camareros, taxistas, gente que toma un café en la mesa de al lado. Me he rodeado de gente tan poco atenta al fútbol como yo, y a veces parecemos desconectados del resto del mundo, pero el taxista que no quiso coger su taxi para llevarme al aeropuerto me recordó lo del partido, o lo que llaman «el poder del fútbol».
Twitter logra ser protagonista hasta el final y avisó lo de Mediapro cuando ya no podía leer todo lo que había salido y estábamos entre escáneres, pero ahí estaba Nacho para contarme que no era lo que parecía. Sí, Nacho es Ignacio Escolar, periodista fundador de Público, a quien en mi post anterior todavía no había podido presentar. Esperando en la puerta de embarque pusieron el partido en una pantalla. Nacho absorto escribiendo su columna en una laptop sentado en el suelo al lado de un enchufe y toda la sala de embarque mirando un plasma mudo donde España era goleada por un suizo fue como esas escenas de películas con mensaje. Pensé que la realidad a veces es tan clara como un director de cine desesperado por contar muchas historias en 90 minutos.
Escribo esto mientras sobrevolamos Munich, en mi iPhone. Nacho acaba de escribir la columna de mañana, la he leído y me ha encantado. Pienso que en realidad todavía no pasado nada pero lo cierto es que no tengo esa sensación. Hoy ha sido un día en el que hemos anunciado una noticia muy buena en Hipertextual, la hemos celebrado entre amigos y una vez más pienso en esta vida que me hacía leer escolar.net y ALT1040 cuando Internet eran sólo 15 minutos diarios en la biblioteca, en lo que me copiaba en un diskette los artículos para leerlos luego en casa y así poder leer mucho más. La culpa de todo esto la tiene Radiohead que me hace sentir así mientras escribo, y la gente de Shoe Aid for Africa que me ha elegido para esta etapa del viaje, dándome una gran alegría. No se escribe bien bajo los efectos de la dicha. En Munich nos reunimos con parte de la comitiva y esta noche volamos a Namibia.
[Nota: Estoy publicando este post recién a mi vuelta, los temores sobre la conectividad eran fundados y estuve sin conexión durante todo el recorrido de norte a sur por Namibia. Pero creo que fue incluso mejor. Ya contaré.]
2 respuestas a «Destino: Windhoek»