Ayer ví Untraceable, una película que podría pasar por ser una más donde hay un asesino serial y el policía de turno explora los límites de sus nervios por atraparlo. Pero ésta plantea de una forma muy interesante el tema del morbo en internet y la paradoja de odiar algo pero no poder dejar de verlo.
El asesino tiene una página web llamada killwithme.com en la que pone un streaming en directo de sus víctimas sometidas a alguna tortura y un visor del número de personas que la están mirando. El hecho inevitable de la trama es que siempre el número aumenta, con unas velocidades crecientes, con la consiguiente aceleración de la muerte de la víctima. En algún momento la agente de policía dice que esta conducta está causada por la curiosidad: eso que en España se llama morbo aparece como un elemento fortuito, fatal, inevitable, con el que el asesino juega.
La película no adjetiva, pero muestra comportamientos inquietantes. El escenario es internet, pero el fondo no es diferente a aquél en el que la gente que se reunía en las hogueras de la inquisición a quemar «infieles» o los que acuden a ver cómo matan a un condenado inyectándole potasio. La evolución humana puesta en entredicho, un enfoque que se ha repetido muchas veces. Pero pensándolo de otra manera, esa curiosidad que nos genera la muerte, ¿no es justamente lo que nos hace tan humanos?
Si en este punto del post alguno no abrió la página web de killwithme.com que deje su nombre en los comentarios. Un antropólogo social por aquí por favor.
No lo abrí, pero es un poco trampa: nunca comento así que leo desde el reader 🙂 y desde ahí nunca voy a los links.
Yo no abrí la página, y hasta iba a comentar que esta palícula me la apunto para verla. ¿Es una película de verdad o solo una broma?
Hey! No tengan miedo! El miedo es muy malo!
La peli es de verdad, todo lo que digo en este post es verdad!
La peli además, a pesar de su horrorosa promoción, funciona muy bien como thriller policiaco. Lo curioso es que la trama argumental funcionaría igual de bien si los crímenes no se emitieran por Internet y fuera un film clásico donde el asesino diera un plazo en el que la víctima va a morir. El añadido de la parte de Internet le da un toque más novedoso por fuera, aunque luego sea un clásico film policiaco.
Lo que también muestra la película es como tratan los medios cualquier cosa que sucede en Internet (muy al estilo Antena3), el amarillismo que rodea cualquier suceso violento y como este comportamiento se ha trasladado a la Red. Lo que no me gusta es que usan Internet como una excusa para decir que es una especie de feudo amoral donde las personas nos volvemos locas y no ponemos límites a nuestra perversa mente….
Pues yo no he visitado el enlace porque me parece que está ya un poco pasado el temita creamos-en-la-realidad-el-sitio-web-que-aparece-en-la-película-y-sacamos-un-poquito-de-publicidad-gratis. Antes era creamos-en-la-realidad-el-disco-del-grupo-que-sale-en-la-peli… Vamos, un poco pasadito.
Bueno, para mí lo más interesante no era eso, sino saber cuánta gente puede reprimir su curiosidad.
La peli no es nada buena, ni siquiera recomiendo que la vean, pero me pareció interesante la forma en la que está planteada esa curiosidad, o morbo, casi como una fuerza sobre la que no tenemos control…
@marilink: lo que ocurre es que por ejemplo, personalmente recuerdo ya varias películas que utilizan estos sitios para generar viral de alguna forma relacionando la trama con Internet y ya no entro en ningún sitio de estos ni de coña :-D. Recuerdo «asesinato.com» o algo así, que menudo bodrio y menuda manera más absurda de promocionar la peli. Vamos, que esto de incorporar Internet a las tramas lo hacen en muchos casos simplemente por conseguir notoriedad en MySpace y cosas asi…
Además, si ya avisas de que va el tema, es complicado que la gente mire el enlace, teniendo en cuenta que la mayoria de usuarios no hace click en ningún enlace de los que se encuentran en los artículos que leen en los blogs…
Yo, absorto en la lectura de tu crítica, he llegado al final sin darle al enlace… pero reconozco que me reconcomía por dentro. 🙂