Si es difícil definir a un amigo normalmente, la discusión se ramifica vastamente cuando hablamos de redes sociales online. La facilidad con la que facebook por ejemplo habla de amigos puede resultar invasiva para quienes están modo offline, pero lo real es que todo tiene relación con su contexto y si hay algo en internet es variedad de contexto.
Muchos bits han corrido en conversaciones sobre la netiquette de las redes sociales: si se debe o puede hacer tal cosa y sobre todo, si en un lugar tan plural, sin reglas y abierto como Internet, hay alguien que tenga autoridad para decir cómo debemos actuar los usuarios.
Podríamos decir que no hay consenso, sino más bien usos mayoritarios con sus motivaciones y fundamentos, pero que todos esos usos son válidos en cuanto sirvan a alguien. Por lo menos esa es mi visión. Y me parece muy interesante explorarlos.
El otro día, Sonia Blanco se preguntaba en twitter por qué tendría que agregar a alguien en su facebook que no se tomaba la molestia de presentarse y la discusión seguía luego por el blog de Juan Luis Polo.
Como cada vez que alguien aporta puntos de vista sobre los usos sociales en internet, la conversación me pareció fascinante. Apunté aquí varias cosas que me quedé pensando, y prometí que iba a dejar posteadas:
– He aprendido a tener cuidado cuando uso la palabra amigo, y tengo muy en cuenta si mi interlocutor conoce y utiliza redes sociales antes de pronunciarla. Creo que varios tienen una confusión con esto.
En internet solemos llamar amigos a mucha gente con la que conversamos y en la que confiamos, con la que trabajamos diariamente y compartimos parte de nuestra vida, y sin embargo para mí eso no significa que sean amigos en el sentido más profundo de la palabra, que se refleja cuando uno habla de «mis amigos». El ser realmente amigo de alguien es algo casi mágico que se produce en un momento de una relación, simplemente sucede, y va mucho más allá de las afinidades y las circunstancias. Definitivamente no es el sentido de «amigo» al que se refiere facebook, y cuando éste intenta hacernos creer que tenemos 400 amigos, sabemos que no es cierto.
– El mito de ponerle cara a alguien: Está muy bien quedar con la gente que conoces en internet, es muy divertido porque hay afinidades y te evitas las charlas introductorias e intercambiar un montón de información que ya has leído, pero también puedes ser perfectamente amigo de alguien y no haberlo conocido en persona. Hay gente que utiliza esto como criterio para agregar o no a gente a los servicios, lo que yo encuentro un poco arbitrario. Muchas veces conocemos más los pensamientos y sentimientos de gente que se expresa en internet que de los conocidos que nos rodean físicamente.
-Simplificar las relaciones trayendo los esquemas antiguos nos priva de la riqueza de las redes en internet. Las redes sociales virtuales son diferentes de las redes sociales reales (offline), más complejas y ricas en matices.
– Esa diversidad de las redes sociales tiene que ser aprovechada usando sus puntos fuertes, si no, nos limitaríamos a clonar agendas. Aquí es donde yo hago distinciones, y mi grado de amplitud en aceptar a gente depende un poco de los servicios. Dejando de lado que los amigos y demás gente que nos cae bien la agregamos en todos los sitios (también entra aquí amigos de amigos), si no te conozco, puede que te agregue en una red y en otra no. Justamente porque algunas me permiten ser más pública, o porque dedico otras a mi grupo más íntimo.
Ejemplo: En LinkedIn o Plaxo no te agregaré si no te conozco o he trabajado contigo o tengo buenas referencias tuyas, en Last.fm seguramente te agregue sin conocerte, sólo porque pienso que podrás recomendarme buena música y no quiero perdérmela.
Twitter es un caso aparte: yo sigo a gente por muchos motivos, pero a varios de mis followings los voy cambiando de tiempo en tiempo, sólo porque no puedo seguir a todos a la vez, y a otros los leo por web o rss.
– Presentarse o no: Muchos comentan que les choca que la gente abuse de un click sin escribir unas líneas para presentarse. A mí también me pasa, si escribes unas líneas es más difícil que decida ignorarte. Pero creo que simplemente, no funciona así la mayoría de las veces: primero, porque no hay tiempo de buscar la dirección de email de un usuario y escribirle un email cuando el servicio no tiene esta facilidad (Facebook la tiene, twitter no). Segundo, porque si todos los seguidores de los diferentes servicios que usamos lo hicieran, no tendríamos tiempo de leer el correo.
Tercero, porque normalmente te agrega alguien justamente porque quiere conocerte, de eso se trata, y además probablemente tú no lo conozcas a él, y no pueda decirte más que “leo tu blog” o algo así. A veces resulta muy fácil presentarte cuando tienes un puesto, o una empresa, o ya eres algo conocido, pero si no lo eres, también tienes derecho a conocer gente, ¿no? ¿Y qué más halagador que el hecho de que alguien desconocido se interese por lo que dices, te escuche y a veces hasta te conteste?
La socialización en internet sigue caminos diferentes a los tradicionales, y así funciona. Si cuando entramos en twitter (por ejemplo) hubiésemos estado con pretensiones y modos de antes de internet quiero saber quién tenía más de 300 conocidos online. Yo por lo menos, no. Y de aquí han surgido grandes amigos, dicho en ese sentido en el que hablé más arriba.
El peso o la connotación que uno le da a la palabra «Amigo» varia en función de unos cuantos factores, edad, locación, trabajo son solo unos ejemplos.
Aquellos que entendemos las redes sociales como nuevas formas de comunicación y relación valoramos mucho llegar a ese estado en la vida de otra persona.
Idiota de mi parte sería negar que ese espacio también puede prestarse a la confusión, pero creo que las redes sociales llegaron a un nivel alto de auto regulación, creo que solo se siente cómodo dentro de estas aquel que supo entender como funcionan.
Y no se trata de ninguna solución mágica ni auto censura, solo uno puede funcionar dentro de este sistema basandose en un principio fundamental, el respeto.
Un abrazo «Amiga».
Amigos todos tenemos tres. Conocidos, muchísimos. Dentro de los conocidos: los que te generan interés y los que no, a los que generas interés y a los que no. Estos grupos nunca fueron estancos, ni en un mundo offline ni ahora en el actual, cada vez más on-line. Lo importante es no perder la perspectiva de lo que cuentas y a quién se lo cuentas, tratar a todos con respeto e intentar aportar algo. Al menos esas son mis pretensiones, que se resumen en una: conocer gente interesante, y que me conozcan.
Llámame amigo (en Facebook), follower (en Twitter), lector (en tu blog). La etiqueta que me pongas me da absolutamente igual. Lo único que me importa es que percibas que lo que escribes me interesa, y si puedo añadir algo lo haré.
Pues completamente de acuerdo.
Yo te sigo por twitter, pero no se quien eres!!! me gusta como escribes, pero no se como lo haces, me gusta tu humor pero no se que te inspira. Si en realidad fuéramos amigos sabría quien es Marilín Gonzalo.
Es un problema semático: nuevas relaciones no son denotadas por nuevas palabras. Un «conocido» de intertet no es lo mismo que un «conocido» del edificio donde vivimos o el amigo de un amigo que vemos de vez en cuando.
Una relación de amistad profunda «en el mundo real» tampoco es igual que la relación con la gente a la que seguimos a través de su blog charlamos vía gtalk de vez en cuando.
Estoy muy de acuerdo con la confusión de términos pero ¿qué alternativas hay a la denotación de un nuevo tipo de relación?
Está claro que los conceptos se han prostituido mas allá de toda lógica. Ves por aquí gente que insiste tener dos, tres, diez mil amigos. «Amigo» no es un concepto binario. No sólo hay niveles de amistad sino que hay contextos, y los amigos de un contexto no suelen mezclarse con los de otro (a veces ni son capaces de llevarse bien!).
El problema lo tenemos porque se ha sobresimplificado el término y la culpa es sólo nuestra, no de los sitios sociales nuevos.
Los pocos (y son pocos) que refieren a «amigos» permiten definir un nivel de relación que va de «casi no lo conozco de nada» hasta «estudiamos juntos en el 93» o «es mi hijo». Otra cosa es que no lo usemos.
Los sitios que no se preocupan por esto no usan la palabra «amigo» (Follower, Contact, Peer, Connection).
Como bien dice Marilink, es en los contextos donde importa que tengamos algo de autocontrol. LinkedIn es una red de contactos con relación seria, usualmente relaciones de trabajo (real o potencial). Plaxo es una red hecha específicamente para mantener actualizada tu agenda de direcciones y teléfonos, con lo que no deberías tener a nadie que no quieras tener en tu móvil.
Facebook permite más control de nadie y sin embargo es el mayor cubo de cangrejos que hay por estos lares, superado en cutrez sólo por tuenti (este último pretende justificarse diciendo que es para jóvenes, implicando que los jóvenes son idiotas. Algo con lo que puedo estar de acuerdo pero no considero prudente mencionar en voz alta, que son muchos).
Cada red social es un «contexto» diferente e, igual que en la vida real, las relaciones que mantienes en cada sitio no son las mismas. Ten todos los contactos que te de la gana pero asegúrate de saber a quien etiquetas de «amigo» porque los nuevos sistemas cada vez ofrecen más exposición de tu información y ese botón de «Aceptar como amigo» a veces es lo único que te separa de recibir una llamada de alguien desconocido que diga «Hombre, si, te acuerdas? Del feisbuc, me aceptaste una cosa de ser vampiros juntos».
Por supuesto, nada de esto aplica cuando la gente piensa que es una carrera a ver quien tiene mas gente añadida (sacrificando la relevancia de su «red» en favor de su tamaño).
curioso como pese a los pesimistas que predecían que la red sería el aislamientod efinitivo del ser humano, muy al contrario se ha convertido en el socializador definitivo; no solo ha aumentado las posibilidades, sino que ha hecho que la gente valore el contactpo social aún más, potenciando las relaciones.