Hace poco se incendió un taller de costura ilegal en Buenos Aires: seis personas murieron, entre ellos niños.
La prensa se ocupó del tema y una vez más se escucharon las críticas escandalizadas de siempre. Cromañón y Caballito: dos tragedias que vienen de situaciones cotidianas. ¿Nadie sabía lo que estaba pasando? No hay controles, se dice. Había una denuncia, se dice. Quizás la gente tenga miedo de denunciar o no lo haga porque piensa que nada cambiará. Lo terrible sería que no lo haga porque no le importe.
Además de las críticas, se escucharon otras voces patéticamente racistas (en un país de inmigrantes, qué poca memoria).
No es bueno para la economía de un país, ni para un país, que algunos de sus habitantes trabajen en condiciones inhumanas para bajar costes, mientras a otros no les preocupe demasiado en qué talleres y cómo se produce la ropa que compran todos los meses a precios demasiado altos. Hay otras formas de producir, con beneficios igualitarios. Nos tiene que preocupar la economía pero también la justicia y la igualdad.
En Argentina las cosas siempre fueron asi. Cada vez que pasa algo parece que la sociedad va a hacer esa explosión que por fin cambiara las cosas, pero pasado el remezon, todo vuelve a su normalidad hasta que aparezca otro caso o cosa…tenemos una mala memoria espantosa por eso todo sigue igual.
Aca en españa a veces la gente me dice que somos un pueblo solidario y yo pienso justamente lo contrario.
Los politicos son los unicos que saben sacar redito de todas estas desgracias que nos afectan periodicamente. El metodo es simple: la cacerola, el piquete, el «se va a acabar», la boludez de la bandera, buena cobertura mediatica y a capitalizar votos. Por eso estamos como estamos.