Don’t click

Psicología inversa o harás lo que te digo que no hagas. Varios cayeron ayer en el clickjacking que se extendió como la pólvora en twitter, una broma molesta que no causa mayor daño, y que por cierto la gente de Twitter solucionó en el mismo día.

Antonio señalaba al ideólogo, @korben, quien ha sido contactado por algunos periodistas. «No soy el autor, el autor es alguien inspirado por mi artículo«, ha dicho.

Buen momento para preguntarnos si clickeamos cualquier enlace que vemos en nuestro timeline. Hasta ahora podíamos decir que era porque confiábamos en la persona que lo enviaba pero en casos de clickjacking no es así, porque al hacer click reenvía un tweet desde tu cuenta con el mismo enlace.

He estado buscando imágenes de alguno de mis followings que hubiera hecho click, pero sólo aparecen en el search, y ya no en el timeline, probablemente twitter (o ellos mismos) ya han borrado esos tweets.

Dalai Lama en twitter… NOT

Así como apareció, se fue. Para aquellos que se preocupan por la facilidad que tiene internet para favorecer el anonimato, el caso del Dalai Lama en twitter muestra lo poco que dura un impostor.

Hace unos días nos sorprendíamos por la que parecía ser la cuenta twitter de uno de los líderes espirituales más relevantes del mundo, que para el domingo por la noche contaba con unos 13 mil followers. El enlace que ponía en su perfil era la web oficial, y respondía replies, contando sus actividades previstas.

La idea nos hizo pensar qué lejos estaban otras iglesias, sobre todo la Católica, de este tipo de contacto con sus seguidores. Pero era ser demasiado optimistas.

Ayer, Caroline, portavoz de Twitter, anunciaba que habían suspendido la cuenta por tratarse de un impostor (impersonation), aunque se pueden leer todavía los tweets. Enseguida Pete Cashmore se preguntaba si los responsables de Twitter deberían verificar las cuentas de los famosos siempre, así como estarían pensando hacerlo con las marcas que lo utilizan.

Epistemología aplicada a Twitter (quién lo diría)

Que muchas de las simetrías del mundo real se transladan a Twitter, completamente de acuerdo. De Bruces publica un excelente y muy elaborado análisis matemático sobre este mundo online. Aunque Rodrigo tiene razón en algunas cosas sobre las que he charlado con él, no puedo decir que estoy de acuerdo.

Creo que todo este esfuerzo que ha hecho en demostrar la injusticia social de Twitter a través de la matemática está basado en premisas no medibles y por lo tanto intenta con un método de ciencias duras medir lo social.

Claro, yo soy herméneutica y no positivista y no puedo estar de acuerdo con la reducción que implica intentar medir relaciones sociales en métodos matemáticos… Hay muchas cosas que se pierden en el camino, para el modo de ver de muchos autores, las más importantes.

Por ejemplo, se menciona la riqueza como lo que aporta cada usuario al universo tuitero, riqueza como información basada en su trabajo, estudios o simplemente existir, pero cómo medimos los distintos tipos de usuarios: los que actúan como fuente de contenidos, los que actúan como nodos conectores, los que dinamizan conversaciones… incluso un mismo usuario combina estos diferentes usos según el momento.

En afirmaciones como esta:

(Crecimiento) Asintótico:  Cuando el usuario es “normal”, es decir, no presenta ninguna situación especial de valor o fama para el colectivo y sus twits tienen una relevancia equivalente a su personalidad.

y si estamos hablando de un estudio científico, no encuentro la definición de «valor para el colectivo», «relevancia equivalente a su personalidad».

Claro que yo conozco a Rodrigo, supongo lo que Rodrigo quiere decir, pero si nos estamos basando en lo que suponemos y no en definiciones explícitas, entonces falta base para el estudio. Es la misma dificultad que encuentran los positivistas cuando pretenden estudiar sujetos sociales desde los métodos de las ciencias duras: para definir todos estos conceptos hay que recurrir a las ciencias sociales.

Es tan rico el universo twitter en simbologías, en relaciones, en significaciones, en códigos… ¿Qué significan ciertos tweets para unos y qué para otros? ¿Cuáles son los mecanismos psicológicos de descarga, de reacción ante cada uno de los tweets, cuáles los sentimientos ocultos que desencadenan, cuáles las suposiciones y los imaginarios sociales e individuales que están en juego…? ¿Cuáles los roles sociales, los personajes que asumimos consciente o subconscientemente en este mundo virtual, cuáles los mensajes que nos comunican?

En algo sí estamos de acuerdo. Diferentes aproximaciones a algo que nos morimos por estudiar porque en el fondo nos apasiona por igual: las relaciones humanas, internet y la mezcla de ello. Lo mejor es que después de esto Rodrigo ya no me podrá decir que la obsesionada con twitter soy yo.

Tuitean un accidente de avión

En el incesante debate sobre la utilidad de Twitter como fuente de información, la misión de los periodistas y el necesario cambio de mentalidad de los medios ante un mundo donde las noticias vuelan cada vez más rápido, un avión sufre un accidente en Denver y varios lo tuitean desde allí.

El primer dato llegó a Twitter media hora antes de que las estaciones de noticias informaran. Los datos no fueron precisos en un primer momento: se dijo crash, y cualquiera podía pensar que el avión había caído. Una vez que se hizo conocida la noticia, la voz corrió por Twitter y se conocieron los tweets de varios pasajeros.

Mike Wilson (@2drinksbehind) fue uno de ellos, que además supo mostrar cierto sentido del humor sobre la situación, sin ofensas ni excesos, lo que alguno agradeció, comparándolo con el reporte de la noticia que hubiera hecho la agencia de prensa de turno.

[Traducción muy libre: Estás cagado de miedo, consigues arrastrar tu culo fuera de una bola de fuego y ni siquiera te dan un gin tonic. Bu. (Lo decía porque en la sala del aeropuerto donde los dejaron había barra pero la compañía no les dió nada)]
Loic Le Meur apuntaba que acababa de oír al portavoz oficial del aeropuerto en la CNN diciendo «lo siento, no tengo datos», mientras la información fluía directamente de las fuentes en ese momento. Loic se imaginó a un periodista preguntando directamente en tiempo real, tweet a tweet.

Otro hecho más que me hace pensar que mientras en muchos congresos los periodistas seguimos discutiendo si Twitter es una fuente o no, nos estamos perdiendo todo lo que nos llevó a ser periodistas: el entusiasmo por descubrir historias, la idea de cambiar el mundo, la búsqueda estilística (sí, hay que escribir bien y buscar nuestro estilo), las ganas de contar, al fin y al cabo.

Las 5 etapas de la aceptación de Twitter

Twitter está aquí para quedarse, o por lo menos desde ahí parte Roshit Bhargava en un post en el que comenta cinco etapas que suelen suceder al usar twitter. Traduzco:

1. Negación: «Twitter me parece algo estúpido. A quién le importa lo que otra gente esté haciendo ahora mismo?»

2. Presencia: «Ok, no entiendo por qué la gente lo adora, pero al menos me abriré una cuenta.»

3. Vertedero: «Estoy en Twitter y lo uso para poner enlaces a mi blog y mostrar a la gente mis notas de prensa».

4. Conversación: «No posteo siempre material útil, pero uso Twitter para mantener auténticas conversaciones 1×1»

5. Microblogging: «Estoy usando Twitter para publicar información útil que la gente lee y también converso con ellos 1×1 auténticamente»

Yo creo no haber pasado por la primera fase porque me acuerdo de haber ido a hacerme una cuenta para-ver-que-era apenas me enteré que existía. Aunque sí pasé por las siguientes: abandoné la cuenta porque no encontraba a nadie conocido, volví a los pocos meses y empecé a conversar como una loca.

Ahora he reducido el ritmo. Hay mucha más gente y a veces temo causar ruido innecesario, pero a la vez me doy cuenta de que la definición de ruido está siendo cada vez más subjetiva en estos ámbitos. Si una conversación te es útil y es útil a los que te leen aunque no participen, entonces cualquier tweet deja de ser superfluo y se convierte en necesario, porque te llevó a generar esa conversación.

¿Os pasa lo mismo? ¿Se reconocen en las etapas? ¿O reconocen a otros tuiteros? Cuenten.

Mi crush con Friendfeed

Si antes me tuvieron que aguantar el entusiasmo con twitter, tendrán que hacerlo ahora con Friendfeed. Entiendo que muchos no me entiendan y que lo primero que me digan es que genera mucho ruido, pero precisamente yo volví a él justamente para filtrar ruido.

Friendfeed es un servicio que permite concentrar toda tu actividad online en un sitio, y agregar a las personas de las que te interesa seguir la suya. En mi Friendfeed está todo lo que hago en internet, y aparece reflejado en tiempo (casi) real en el momento en el que lo hago: cuando favoriteo una canción en Last.fm, cuando subo fotos a mi Flickr, cuando tuiteo, cuando escribo este post en este blog, o cuando tumblereo algo, y un largo etcétera.

Claro que al principio es confuso. Claro que hay ruido. Pero ahí entra la maleabilidad de FF, que te permite configurarlo todo. Para mí ese es el secreto entre usar bien FF o infoxicarse y abandonarlo.

Me interesan los tuits de algunas personas, pero no sus gustos musicales. De otros sólo me interesan sus fotos. De otros me interesa todo, pero no en tiempo real porque postean demasiado. De algunos me interesa ver un resumen semanal. Todo eso FF me permite configurarlo a mi gusto y piacere.

Como explicó Bret Taylor en el EBE, FF es una herramienta que adquiere todo su valor cuando permite a los usuarios recibir la información que les resulta más relevante, tanto en cuanto sea por el origen del contenido (la persona o el usuario), el tipo (fotos, actualizaciones de estado, música), e incluso aquéllas cosas que saliendo fuera de estas categorías, debería leerlas porque mis contactos lo han hecho y me las recomiendan.

Qué hizo la diferencia para mí en FF:

  • Grupos: De esta forma puedes clasificar el tipo de contenido que quieres ver por pantalla, tú defines tus categorías, muy útil para seguir uno u otro según el momento o el tiempo que tengas. Cuántas veces le hemos pedido canales a twitter? Aquí están, y los configuras tú y son privados.
  • Conversaciones: FF no sólo te permite seguir sino también valorar los contenidos. Si te gusta algo puedes marcarlo, y tus contactos verán que ha sido valorado por ti. Puedes comentar en cada item posteado, y eso genera conversaciones muy interesantes, incluso con personas a las que no tienes por qué tener agregadas.
  • Tiempo real: La página en tiempo real permite tenerlo abierto y ver las actualizaciones a medida que se producen. Adictivo. En serio.
  • Salas: Grupos públicos donde se juntan contenidos por temáticas. Muy bueno para descubrir noticias.
  • Imaginarios: Esto es muy interesante. Si alguien no está en friendfeed pero quieres seguirlo, creas tú un perfil agregando los rss que tú quieras. Esto es privado, y también puedes hacerlo para seguir temas o cierto tipo de contenidos.
  • Ocultar: Imprescindible función. Con esto ocultas un tipo de contenido de un contacto, y puedes estar actualizado sólo con lo que tú quieras. Ejemplo: Me interesan los post del blog de este usuario, pero sus tweets me aburren. En uno de sus tweets marcas Ocultar otros elementos como éste y solucionado.

Además de todo esto, ahora acaban de sacar versión en español, entre otros idiomas, lo que parece interesante porque incluye la posibilidad de incluir servicios locales, como Menéame.

Punto en contra de FF:

  • Lleva tiempo configurarlo, sí. Sugiero hacer unas personalizaciones mínimas para empezar y luego ir configurándolo con el uso. Cuando aparezca lo que consideras ruido, en ese momento ocúltalo, o clasifica a tu contacto en los diferentes grupos que vayas creando. De otra manera puedes tirarte no una tarde, sino varias semanas.

Creo que FF es de esos servicios que merecen la pena usarlo hasta encontrarles el punto, o al menos intentarlo. Si lo hacen yo estaré por ahí. Hasta que se me pase, o no.

Twitter killed the blogs – NOT

Hace bastante que oigo o leo de vez en cuando la misma cuestión:

«Desde que tuiteo, ya no posteo tan seguido como antes»
«Comparto en greader y en otros sitios y ya no lo pongo en mi blog»
«La gente comenta en mi friendfeed o en twitter y no en mi blog»

¿Twitter devora blogs? El caso más extremo que conozco es Eduo: comparte diariamente cientos de posts en su GReader, tuitea verborrágicamente y comenta en plan compulsivo, haciendo a veces comentarios que exceden largamente en riqueza de contenidos al mismo post. Y sin embargo, desde twitter en adelante su blog ha estado casi abandonado. Hemos charlado de esto mil veces, él le echa la culpa a twitter y a todos los sitios que le permiten compartir. El que hizo Friendfeed debe haber pensado en tipos como él.

Me parece muy interesante el caso de su blog porque es justamente inverso al mío. Twitter llegó a mi vida en un momento en el que mi blog estaba muriendo de aburrimiento. Probablemente era leída, aunque no creo que mucho más que ahora, pero nadie comentaba. Yo tampoco lo hacía, los blogs empezaban a parecerme fríos y lejanos. No encontraba a las personas detrás de los blogs.

Pero llegó Twitter, y me mostró a esas personas, me dijo lo que hacían, lo que comían, lo que se preguntaban, y me dejó responderles, instantáneamente además. Había vida en la blogosfera, al fin y al cabo.

Al tuitear me di cuenta de que no me interesaban las cuentas twitter con más de un 20% de Twitterfeed (automático o manual) porque para eso tenía el lector de feeds, Twitter venía a cumplir otra función para mí. Y al mismo tiempo, los blogs encontraron su lugar, o mejor dicho, las cosas que podía decir y detallar, mis opiniones y mis elaboraciones encontraban su propio espacio en el blog. También allí las discusiones podían ampliarse sin resultar molestas al resto.

Twitter, y ahora también Friendfeed, han traído la instantaneidad de la charla que necesitaban los blogs. Los comentarios sirven, pero no muestran la reacción instantánea a un tema, y sobre todo, no son *el* lugar de la reunión.

Los blogs son nuestra casa, Twitter es la plaza del pueblo, la máquina de café, el pasillo, todo eso, pero por sobre todo es el espacio donde todos estamos al mismo tiempo cuando surge un tema. Es un tema de ritmo. Nos informamos en los blogs y en los medios pero comentamos en Twitter, y luego volvemos a nuestro blog a volcar nuestras reflexiones. Esa movilidad y esa multiplicidad de espacios para la conversación al final creo que termina siendo muy positiva para combinar datos y opiniones y decantar el aluvión informativo de estos tiempos.