Nueva York se ha levantado con un domingo soleado y tranquilo, una víspera relajada para lo que puede ser esta semana donde la Cumbre de la ONU ha llenado hoteles y agendas.
Esta mañana el telediario anunciaba la Cumbre por los Objetivos de Desarrollo del Milenio previendo atascos de tráfico durante toda la semana. Ni una línea por parte de la periodista para contar qué está tratando la ONU en estos días. Nada de los ODM ni de la situación mundial de tantas personas, lo que ha sucedido tras la crisis y el salvataje de los bancos, nada sobre la cantidad de gente que ha venido hasta New York representando a sus países y sobre los líderes a quienes se pedirá explicaciones para saber cómo alcanzarán sus compromisos. Quizás esto queda demasiado lejos y al final, a la audiencia de CBS le preocupa más saber si llegará tarde al trabajo el lunes por la mañana.
Después de haber estado 24 horas despierta ayer, culpa del jetlag pero más de la cantidad de cosas que hay por ver en esta ciudad, hoy me levanté y me fui al Lincoln Center. Allí se juntaba mucha gente en un evento llamado Stand Up Against Poverty, y esto era básicamente eso: gente que se junta para recordar a los gobiernos que hay que actuar y no sólo firmar compromisos. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron un acuerdo donde 192 países se comprometieron a iniciar políticas concretas para alcanzarlos en 2015: hoy el llamado es para que las promesas se cumplan o se sigan cumpliendo.
Había unas 200 personas cuando llegué y seguían llegando. Gente joven, niños, mucho carrito de bebé, gente bailando. Tal vez por la magnitud del evento, por la ciudad que nunca se queda quieta, o por los números que están en juego me parecían pocos. Lo cierto es que allí estaban para hacer escuchar su voz, junto a muchas ONGs que ya han llegado a Nueva York. Mañana empieza la cumbre de la pobreza, en un escenario donde se aguarda saber qué actitud tomará una Unión Europea desorientada y un G8 falto de liderazgo.
Podría decir que acabar con la mitad de las personas que pasan hambre en el mundo es un objetivo demasiado ambicioso, pero lo cierto es que no lo es. Podría decir que nos esperan días de datos abrumadores y fotos de niños africanos en el telediario, pero realmente he visto más repercusión por el hecho de que Zapatero vaya a reunirse con el Rey de Marruecos que sobre los ODMs. No voy a derrochar optimismo pero les digo que desde aquí y con algunos datos en la mano, hay quienes piensan que es un buen momento de preguntar a los gobiernos qué piensan hacer con sus promesas, y recordarles que tenemos un voto para decidir qué hacer con él. Y yo prefiero ver gente bailando en un Stand Up diciendo «os recordamos que seguimos pendientes de vuestros compromisos» que pensando que nada se puede hacer y despotricando contra los políticos y los imperios. Seguiré contando.