Con Wikileaks y el caso de los documentos filtrados de la guerra de Afganistán estamos viviendo un momento transformador, no sólo en la historia del periodismo moderno, sino también en el debate sobre privacidad y transparencia, seguridad y control, en ámbitos empresariales, políticos y hasta círculos de la Casa Blanca y el Pentágono. Hasta ahora las filtraciones eran algo conocido que de vez en cuando ocasionaba debates internos en las redacciones, pero Julian Assange a bordo de su nave Wikileaks con la transparencia como bandera, ha quitado a los medios de en medio (nunca mejor dicho) y ha exclamado: aquí estamos para mostrar lo que tenga que ser revelado.
Esto es parte de un post mío que sale hoy publicado en ALT1040, lean el resto y si están o no de acuerdo, me encantará escuchar sus puntos de vista, allí o aquí.