Somos seres privilegiados por nuestro cerebro, pero vivimos en un universo inmensamente poblado de señales y ruidos, y no llegamos a abarcarlos todos. Sin embargo, en nuestra vida diaria nos vemos obligados a tomar decisiones, aun sin toda la información relevante. La información es sabiduría cuando se pone en contexto, pero ¿cómo hacerlo? ¿Cómo descartar la señal del ruido? Después del 9/11 parecía increíble que no se hubiera previsto ese atentado. También parecía imposible que nadie se hubiera dado cuenta de la burbuja que explotó en Enron. Todo se ve obvio después, porque ya sabemos cuál es esa señal entre el ruido, pero ¿cómo aprender a descubrirla antes de que sea demasiado tarde?
El Teorema de Bayes puede ser de mucha utilidad aquí y también empezar a pensar en predicciones. Las predicciones normalmente nos cuestan (yo odio cuando en alguna entrevista alguien me pregunta por cosas como «el futuro de internet»). Y nos cuestan, dice Silver, por la misma razón que es importante usarlas: porque es donde la realidad objetiva y la subjetiva se cruzan.
Coincido con la visión de Silver y su recomendación bayesiana porque como periodistas sabemos que los sesgos proliferan, que no existe la objetividad, que siempre partimos de algún pensamiento o creencia. Tenemos que trabajar para reducir los sesgos, pero decir que no tienes ninguno es una señal de que tienes muchos.
«Distinguir la señal del ruido requiere de los dos: conocimiento científico y autoconocimiento: la serenidad de aceptar lo que no podemos predecir, el coraje de predecir lo que podamos y la sabiduría de reconocer la diferencia.»