Una tarde de julio quedamos en el Café Comercial con una redactora de Prensa Ibérica que quería entrevistarme «para hablar de tu maestría en todo este galimatías que tenemos con las nuevas tecnologías». Me preguntó por tantos grandes temas diferentes, saltando de uno a otro sin que me hubiera dado la sensación de que se pudieran resumir en una sola respuesta, que me pregunté cómo saldría aquella entrevista y si no sería ella realmente un galimatías. Ella grababa y tomaba notas, pero yo me iba bastante por las ramas, como cuando empiezas a hablar de aquellas historias que te apasionan y no tienen ni principio ni fin.
Cuando casi me había olvidado de eso, la entrevista salió publicada un día de septiembre y me enteré por un amigo de mi hermano que le envió por WhatsApp una foto de la contratapa de El Faro de Vigo. Se fue publicando en esos días en todos los regionales del grupo, pero en digital la versión estaba cerrada así que sólo pude leerla cuando me la enviaron, con bastante temor. Hay algunas cosas que estoy segura que no dije con tanta generalización o matices que se perdieron en la transcripción, pero en general está bien resumido si ella ha tenido que comprimir la perorata que le dí. Sé entender la tiranía de contar caracteres en el papel. Lo que estoy segura que no hice fue citar a Pinker, empezando porque no me gusta nada y segundo porque eso que dice ahí que dije que dijo no se lo leí a él tampoco. Lo mejor de la entrevista es que ahora podré decir que una vez compartí contratapa con Juan José Millás.
Si la queréis leer entera, aquí está la contratapa en PDF.