¿Qué hace que algunos enlaces sean muy cliqueados y que otros pasen sin pena ni gloria? A veces vemos artículos donde los enlaces parecen puestos sólo para que haya color en el texto y otras veces son tan interesantes que parece que podríamos extendernos horas en la información adyacente. ¿A quién no le ha pasado de guardar un post sólo por tener sus enlaces como referencia?
Como lectores digitales que somos, sabemos instintivamente si debemos hacer click o no en un enlace, presuponiendo qué vamos a encontrar. Esa decisión también depende de las señales que ponga el escritor en el texto, de cómo nos indique qué podemos encontrar en el enlace.
El poner buenos enlaces es un arte que todos los creadores de contenido en la web deberíamos dominar si queremos ser claros y aportar algo al lector. Por lo tanto, para todos los que escribimos a diario en la web, no viene mal recordar 10 consejos para que tus enlaces sean efectivos.
- No al «click aquí»: Para saber cómo enlazar correctamente, lo primero es olvidarse de una mala costumbre bastante extendida. Poner un enlace sobre el texto «click aquí» no indica al lector qué va a encontrarse más allá, y pone demasiado énfasis en la información sobre la mecánica de la navegación, algo que, por otro lado, ningún usuario de internet necesita que se le explique a estas alturas.
- Enlazar a nombres, a sustantivos, a sujetos u objetos: enlazar en verbos no suele ser específico ni dar una buena idea de lo que uno puede encontrarse en el enlace. Podemos decir: Estuvimos en el TEDxCibeles 2012, pero la lectura mejora mucho si ponemos el enlace en el nombre: Estuvimos en elTEDxCibeles 2012
- Enlazar a un texto corto y descriptivo: El texto sobre el que va el enlace tiene que ser un indicador en una o pocas palabras sobre lo que nos espera si hacemos click allí. También el texto que rodea el enlace debe dar una idea al lector del contenido del enlace.
- Enlazar a específicos: Si hablamos de un libro, no usaremos «libro» sino el nombre del libro en cuestión.
- Nadie es imprescindible: Ni siquiera los enlaces. Tu enlace está ahí para ampliar la información de un lector insaciable, de un desconfiado que quiere confirmar cuál es tu fuente, de un curioso que le ha fascinado el tema que le propones y quiere saber más. El enlace debe ampliar la información, pero no debe ser imprescindible su lectura. Si el lector no quiere leerse la sentencia del juez que le acercas en un enlace al PDF, tiene derecho a entender el artículo de todas formas. Si el lector no quiere seguir tus enlaces, aún así el texto debería ser entendible y sostenerse por sí mismo. El lector es libre, déjalo ser.
- No enlaces todo: No pongas demasiados enlaces porque lo único que lograrás es marear al lector y que no siga ninguno.
- No disfraces tus enlaces: No pongas enlaces acortados o alteres el comportamiento de los enlaces con plugins como el de Snap.com, que oscurecen la forma en la que usamos la web. Tus lectores merecen transparencia no sólo en los argumentos que les das, también en la forma en la que se manejan en tu casa, sé claro con ellos.
- No ocultes tus enlaces ni los mezcles con publicidad. El enlace es un elemento más del hipertexto y del contenido que ofreces a tu lector. Tienes que ser muy claro con él cuando lo que le ofreces es publicidad.
- El primer enlace es el más importante. Tenlo en cuenta.
- Dale sentido a tu enlace: Si pones un enlace pregúntate para qué lo pones, qué sentido tiene para el lector. Respuestas como: «para que amplíe información», «para que tenga contexto», «para que recuerde un hecho que sucedió antes y tiene relación con lo que estoy contando ahora» tienen mucho sentido. Cuando sólo estás poniendo enlaces porque lo escribes en internet y alguien te dijo que tenías que hacerlo, algo va mal.
Este artículo fue publicado originalmente por mí en Bitelia.