Whoever dares everything, loses their grip a bit. Whoever dares nothing, loses themselves.
(Soren Kierkegaard)
desde la otra orilla
Whoever dares everything, loses their grip a bit. Whoever dares nothing, loses themselves.
(Soren Kierkegaard)
Una madre escribe un supuesto contrato que ha hecho para que su hijo firme al regalarle un móvil y gracias a los miles de padres preocupados (pero en mi opinión no ocupados en aprender qué es y cómo funciona internet), el post se hace muy leído, y arrecian las opiniones a favor y en contra. Ayer compartí en Twitter lo más sensato que leí sobre el tema:
No hay forma de tener todo bajo control, aunque se hagan muchos esfuerzos en minimizar errores, sólo podemos evitar los más leves, pero los importantes son inevitables. ¿Queremos formar a personas que piensen que son todos evitables? ¿Que se puede controlar todo en nuestra vida? ¿Que por defecto debemos debemos desconfiar de otras personas? ¿Que sean incapaces de superponerse a las cosas malas que seguro nos ocurrirán?
Léanla completa en el post original.
Foto: toehk
Con Wikileaks y el caso de los documentos filtrados de la guerra de Afganistán estamos viviendo un momento transformador, no sólo en la historia del periodismo moderno, sino también en el debate sobre privacidad y transparencia, seguridad y control, en ámbitos empresariales, políticos y hasta círculos de la Casa Blanca y el Pentágono. Hasta ahora las filtraciones eran algo conocido que de vez en cuando ocasionaba debates internos en las redacciones, pero Julian Assange a bordo de su nave Wikileaks con la transparencia como bandera, ha quitado a los medios de en medio (nunca mejor dicho) y ha exclamado: aquí estamos para mostrar lo que tenga que ser revelado.
Esto es parte de un post mío que sale hoy publicado en ALT1040, lean el resto y si están o no de acuerdo, me encantará escuchar sus puntos de vista, allí o aquí.
El sábado volví a mis antiguas aulas. Estuve hablando en una clase a través de videoconferencia con los alumnos de la Especialización en Periodismo Digital del Colegio Universitario de Periodismo Obispo Trejo y Sanabria, a cargo de Elena Brizuela. En esta clase se habló del hipertexto, de las redes sociales y en específico de Twitter, y me hicieron muchas preguntas, sobre todo relacionadas con las posibilidades laborales para un periodista en relación al mundo digital.
La charla no se grabó, pero hablamos sobre varios temas y quedaron algunos tweets. Sentí algo así como dialogar con la que yo he sido desde esas aulas, aunque me resultaba difícil imaginarme todos los temas sobre los que podríamos hablar ahora cuando en esas clases de informáticas apenas nos asomábamos a un internet muy geocities-style.
Las preguntas rondaron en torno a estos temas:
Medios digitales, características y participación
La oportunidad de participación de la audiencia y el cambio que esto genera en la actitud de un periodista: los esquemas son tan diferentes que aunque quienes nos movamos en estos medios lo tengamos incorporado, la posibilidad de debate y pérdida del control del mensaje todavía cuestan ser entendidos.
En el momento en el que hacemos switch y abrimos la cabeza, vemos que el periodista nunca tendrá todas las respuestas y allí mismo el medio nos complementa, porque acerca otras voces a la nuestra. La era donde la comunicación fluye de muchos a muchos nos puede volver locos o enriquecer nuestro trabajo. Depende de nosotros más que nunca antes.
Twitter y periodismo
Había muchas ganas por saber qué es Twitter, y sobre todo para qué puede servirnos a los periodistas. Como dijo una alumna, Twitter «es un sistema de alertas global», pero además es muchas otras cosas y realmente es su ductilidad la que hace que cada uno la utilice de la forma que mejor le sirva.
La inmediatez de Twitter al dar una noticia es una de las ventajas informativas para un periodista que use el servicio, tanto para recibir como para dar información. Esa misma agilidad, sumado al ritmo de su crecimiento, es lo que ha hecho que el Twitter Search pase a ser una de las herramientas imprescindibles de todo periodista digital. Google es el mapa de internet, pero no tiene la agilidad de Twitter para contarte de qué se está hablando ahora mismo, en este momento.
Evidentemente Twitter es una vidriera, un escaparate, y en el plano individual sirve para mostrar tu trabajo y los temas que te interesan. También sirve como un gran canal con tu audiencia, para escuchar qué dicen, sobre qué hablan, qué opinan. Twitter te acerca la oportunidad de escuchar a personas que viven vidas muy diferentes y que probablemente no hubieras conocido de otra forma. Además de ser un sistema de alertas global, es un generador constante de pistas informativas.
Me preguntaron cómo uso Twitter. Desde hace más de dos años, además de usarlo para escuchar, lo uso para lo que creo que pocos servicios me dan, es decir como un chat grupal. Twitter me permite hablar con personas que quizás aún no conozco y no tengo en mi gtalk, y me acerca puntos de vista a los que quizás no hubiera llegado de otra forma.
Para mí no tiene sentido llenar mi twitter de enlaces, si no se refieren a algo de lo que estoy hablando con otros, si no son referencia de algo necesario en ese momento. Twitter no es mi lector RSS, Twitter no es mi blog, aunque pueda cumplir algunas de sus funciones. Tampoco lo uso como un chat individual. Si creo que lo que voy a charlar con alguien no tiene interés para el resto o pertenece a una esfera privada, desvío esa conversación mediante DMs o IM.
Hablé sobre mi crecimiento personal y profesional a través del blog, y sobre la importancia que ha tenido en mi trabajo. Los alumnos quisieron conocer más sobre Hipertextual y mi tarea como Directora de Contenidos en esta empresa, lo que puedo resumir diciendo que es dirección editorial y coordinación de equipos sobre todo, pero también participación en las decisiones de cualquier tipo que contribuyan a aumentar la calidad de los contenidos y el desarrollo de Hipertextual en general.
La visibilidad individual del periodista en Twitter
Franco Picatto, profesor de la Especialización, apuntó que cada periodista se convierte en su propia marca, y que la influencia se mide por los seguidores que tienes. Varias preguntas interesantes surgieron por el lado de la reputación del periodista. Yo creo que la autopromoción no sirve de nada si no hay trabajo detrás. Mostrar tu trabajo sí, pero mostrarse sin que haya un saber hacer detrás es un error. No creo en el periodista-celebrity: mi número de followers no me da satisfacciones por la cifra en sí, sino porque el feedback que obtengo es maravilloso y muy útil.
Errores de los medios tradicionales al pisar territorio de Internet
Me pidieron que nombrara algunos. Los que más observo son los derivados de la falta de conocimiento del medio y del miedo a perder el control del mensaje. Se manifiestan de muchas maneras: la falta de interés en la comunicación con la audiencia (cerrando los comentarios por ejemplo), el creerse autoridad sin permitir a los demás establecer un debate sobre la noticia, el intentar llevar esquemas del papel a lo digital cuando no hay razones para ello, y el acercarse a las redes sociales sólo porque es moda.
Cómo muestran internet los medios tradicionales en España
Hubo interés en la forma en que se muestra internet en las noticias en los medios españoles. Lamentablemente tuve que contar que en España todavía, o hasta hace muy poco, internet es mencionada en noticias donde se hace hincapié en su aspecto negativo. Hay una tendencia a relacionar delitos o actitudes negativas con el uso de internet, como si esta no fuera más que un medio, una herramienta para quienes la usan. Normalmente lo que hay es un gran desconocimiento del tema.
La brecha tecnológica, económica y de alfabetización digital
La famosa brecha también estuvo presente en las preguntas. Con un 50% de familias con ADSL en su hogar no estamos en niveles como los de Argentina, donde el número de líneas de ADSL ha crecido muchísimo pero aún sigue siendo bajo en relación con los países europeos. Si bien es cierto que el costo de la conectividad y los celulares es un factor importante por ejemplo para que haya más usuarios de Twitter, la brecha no es sólo económica sino también relativa a la alfabetización digital.
Oportunidades y futuro laboral
Mi principal consejo para los estudiantes de periodismo es que nunca pierdan su curiosidad y que siempre busquen nuevos caminos. Que hagan lo que realmente les gusta, que conecten con gente que haga cosas, que pregunten.
Confesé haber salido de la carrera con un entusiasmo que se desarmó ante una realidad laboral que pegaba demasiado duro a mis proyecciones. Pero esa obstinación por buscar cosas nuevas y por seguir aprendiendo me hizo encontrar un nuevo perfil en mi carrera. Pensar en internet como ámbito laboral cuando me gradué simplemente era algo imposible porque no existía tal como la conocemos ahora (qué vieja soy). Realmente después me di cuenta de que siempre se puede vivir de aquello en lo que tengas puesta tu pasión, con una dosis de inteligencia como para saber convertirlo en un negocio o en un servicio para alguien.
Fotos: Elena Brizuela
Gregorio Verdugo publica una entrevista que me ha encantado contestar, sobre todo porque son temas sobre los que pienso bastante aunque no publico mucho.
Cuando estaba en la universidad discutíamos todo el rato sobre lo que tiene y no tiene que ser un periodista, y ahora veo que esas mismas discusiones se extienden en la red, implicando a muchas personas que manejan información. Me parece muy bueno que unos y otros volvamos a revisitar nuestras conclusiones de entonces, que podamos ampliarlas, recuestionarlas y analizar los nuevos esquemas informativos y comunicativos de nuestra sociedad.
Aclaración: fotógrafa sólo amateur, y las apreciaciones sobre mí del primer párrafo son exclusiva responsabilidad del editor de ese blog.
Transcribo aquí la entrevista:
¿Qué fue de la función de servicio público del periodismo?
Ha ido perdiéndose, evidentemente, de la mano del desprestigio de la profesión en general. Las causas son varias pero pasan por la primacía de lo económico frente al rol que siempre tuvieron los medios como portadores de noticias de interés público.
Sin embargo, la función de servicio público sigue existiendo, sólo que ha quedado relegada a lo individual. No creo que nadie estudie periodismo en estos años por ganar bien, porque es una profesión que está muy mal pagada, en nuestros países hispanoparlantes por lo menos.
Estoy hablando de esa pasión por contar la verdad que lleva a tantos estudiantes a seguir esta carrera y a muchos que no la siguen pero que de igual forma publican contenidos con el mismo entusiasmo. Es lo que nos hace seguir siendo periodistas, y no publicistas, por ejemplo. Es tener ese dato que servirá a mucha o poca gente, y saber que vas a publicarlo, no porque alguien te pague por eso, sino porque sientes cierto deber en hacerlo.
Luego en el mundo laboral de los medios eso choca de frente con muchos obstáculos, algunos pese a ello siguen intentando poner calidad en lo que hacen y otros simplemente se amoldan, se resignan.
La función de servicio público sin embargo se sigue cumpliendo porque está en las manos de muchas personas, a nivel individual más que colectivo, poder publicar y tener voz, algo que antes era sólo un privilegio de las empresas periodísticas. Al decir servicio público también estamos dando por sentado que nos tienen que servir la información, masticada y procesada, que hay alguien responsable de proveernos esa información: no estoy tan segura de que eso tenga que ser así. El lector cada vez es más activo y es o debería ser tarea suya saber a quién lee, y qué intereses hay detrás de cada publicación.
¿Es el llamado periodismo ciudadano un bulo para ahorrar costes?
Aunque creo que el nombre de periodismo ciudadano es erróneo, no es un bulo. El «llamado periodismo ciudadano» es un fenómeno real, pero no es otra cosa que parte del contenido generado por usuarios, que de forma masiva, espontánea y sin fines de lucro, se lanzan a publicar video, fotos, texto en Internet.
Efectivamente, han sido muchos los intentos de los medios para utilizar estos recursos como forma de conseguir material informativo a poco o nulo coste, pero no han llegado a formar un esquema sólido de cara al futuro. Una cosa es que un periodista esté alerta a lo que está siendo generado por usuarios y pueda utilizarlo como parte de sus fuentes, y otra cosa diferente es que un medio pretenda suplir a los profesionales con este tipo de contenidos; eso definitivamente no ha funcionado. Cada vez más se necesitan productos informativos de calidad, especialización en los temas y para eso hace falta no sólo talento sino formación, constancia y compromiso con el medio.
¿Supone el periodismo ciudadano el mayor peligro de intrusismo laboral para los periodistas?
No. Pero si un periodista está produciendo contenidos que puede generar cualquier amateur con una cámara entonces sí. El periodista tiene talento, formación y criterios para enriquecer esa información primaria, para investigar más allá y producir una pieza informativa superior.
Sin embargo, muchas veces la situación de devaluación profesional se da porque desde la dirección del medio la exigencia no es de calidad sino de recortar costes, y eso influye negativamente en el producto final, que termina siendo similar al de un amateur entusiasta.
¿Cree necesaria una regulación, fuera de lo que marca la propia ética de la profesión?
En mi carrera he visto demasiados códigos de ética, regulaciones y listas de buenos propósitos. Creo que las regulaciones en la práctica suelen no ser más que palabras, y que el compromiso tiene que darse desde cada profesional, comprometido con su audiencia y bajo la mirada de sus pares.
¿Concibe los medios en manos de los ciudadanos?
Los medios ya están en manos de los ciudadanos, aunque muchos no lo vean, quieran o puedan verlo. Es el principal cambio que se ha producido y que está revolucionando el esquema comunicativo social.
¿Cuál cree que serán las características del medio del futuro?
No lo sé. Creo que no es posible hacer predicciones metidos como estamos en plena etapa de cambios. Los medios se están redefiniendo, algunos buscan una salida derivando sus contenidos hacia la web, otros buscan vender suscripciones. Lo que está claro es que sólo con una mayor honestidad y acercamiento a los lectores podrán subsistir los medios. Se acabó el esquema de autoridad y control absoluto de la información que se publica.
¿Son la colaboración y la complementariedad las claves de las noticias del futuro?
Si entendemos colaboración como apertura del periodista, como una permanente actitud de escucha hacia el resto de la sociedad, sí. Si hablamos de complementariedad en cuanto al cómo, a la técnica, creo que todo lo que pueda hacer que la información sea más clara tiene que usarse.
¿La noticia, como hoy la conocemos, tiene futuro?
La noticia siempre tendrá futuro porque necesitamos saber qué pasa en nuestro entorno. Pero no seguirá existiendo con los mismos formatos. El hipertexto en Internet introdujo unos nuevos códigos de presentación de la noticia, por ejemplo. Los enlaces amplían nuestro conocimiento y nuestras referencias: las noticias están cambiando a través de todas estas nuevas formas de presentarlas.
¿Se puede afirmar, como hacen algunos, que la información es ahora de todos?
Si. Lo es. Antes los medios decidían qué se publicaba y qué no, y lo que no se publicaba nunca salía a la luz. Hoy los medios de publicación están al alcance de cualquiera con ordenador e Internet, cada vez más, y eso significa que hay más espacios para publicar de todo: lo importante, lo superfluo, lo cotidiano, lo específico.
¿Qué es lo que nunca le enseñaron en la facultad de comunicación y debieron haberlo hecho?
No me enseñaron la mayoría de las herramientas que uso ahora para hacer periodismo, pero no podrían haberlo hecho, por que no existían. No me enseñaron nada de lo que creo que es fundamental para esta profesión: tenacidad, curiosidad y pasión en la búsqueda de la verdad, porque simplemente creo que eso no se podría enseñar, lo traes o no. Pero sí me enseñaron a mantener una actitud crítica ante todo lo que me cuentan, leo, escucho, a preguntarme muchas cosas y a entender que no es malo tener más preguntas que respuestas.
Mientras una debate en televisión al mismo tiempo que su perfil de twitter se actualiza, a la otra no la dejan tuitear desde la Asamblea de Madrid. Rosa Díez, de UPyD, fue avistada hablando en directo en televisión mientras su cuenta de twitter personal se actualizaba en primera persona. En la misma semana, a Reyes Montiel, diputada de IU en la Asamblea de Madrid, se le prohibía usar twitter desde la comisión de investigación.
Ambas se encuentran con una audiencia muy alerta, una comunidad que conoce las herramientas y opina con una espontaneidad que los partidos políticos perdieron hace tiempo. Ambas muestran el miedo de la política ya no a twitter solo, sino a toda comunicación que no sea previamente controlada, aséptica, programada. No lo descubrimos ayer, varios lo sabíamos y muchos lo sospechaban. Por eso mismo hay que mostrarlo. Hablamos de política, sí, es necesario, pero desde cuentas personales hablamos con personas. Si quieres darnos participación, dánosla, pero de verdad.
La mayoría de los políticos sueñan con una campaña Obama creyendo que todo es crear perfiles. Parece que no podemos pedirles que se comuniquen con su audiencia en blogs y twitter, por aquél mito de la falta de tiempo. Pero si están ahí para ganar votos, tienen que estar ahí para escucharnos. Si creemos que pedir eso es ingenuo, estamos aceptando un modelo de política que pretende engañarnos.
Mientras ya se habla de efecto Streissand, la conclusión está a la vista: una, la de papel, (o su *experto*) cierra su perfil de twitter sin dar ningún tipo de explicación; la otra, la de verdad, lo cuenta todo en su blog.
El tema de Chrome y el rechazo que empieza a causar la cantidad de información y que seguimos cediendo alegremente a Google y la dependencia que nos genera me hizo acordar de este video, Epic.
(Aquí con subtítulos en español)
Lo hicieron dos estudiantes del Poynter Institute, Robin Sloan y Matt Tompson, allá por el 2004 y sorprendió por su capacidad de predecir el curso de la información en internet.
El paradigma de la información está cambiando. En la sobreabundancia de datos necesitamos sistemas de filtrado y no es otra cosa lo que están proponiendo, cada uno a su manera, los nuevos esquemas de distribución de contenidos, los new media, las aplicaciones sociales en la red, los nuevos navegadores. En cierta manera, es una revolución porque está tirando abajo el mundo que ya conocíamos y lo está haciendo sin pedir permiso a nadie.
Nos guste o no, somos parte de eso porque nos beneficia en lo práctico. El precio de que Gmail lea nuestros correos está pagado con la gratuidad de un correo online de más de 7Gb (and counting). Nos sentimos observados y expuestos hasta en nuestros gustos musicales, pero ¿cómo conocerías música nueva por ejemplo si no hubiese una red de conocidos en tu last.fm que te dan pistas?
Nos entusiasmamos con los nuevos paradigmas pero me pregunto hasta qué punto estamos dispuestos a cambiar la forma en que damos y consumimos la información si eso significa ceder libertades y estar mucho más controlados paradójicamente. ¿Pasa todo por un tema de practicidad? ¿Deberíamos ser más conservadores o cautos en la red? ¿Ser así significaría una resistencia inútil a las tendencias de las tecnologías de la información?