No hay fronteras para el hambre

Valla de Ceuta

Europa, y en general los países desarrollados, siguen sin entender que el hambre y la miseria de las personas no puede quedarse detrás de una frontera. Siempre habrá en las personas esa energía de progreso, esos sueños sobrevalorados o no, pero ese ansia de vivir mejor: qué bueno saber que eso no se mata.

Esa energía sobrehumana que los lleva a cruzar un mar asesino en unas barcas que parecen de juguete, dejando una vida entera atrás; mirando el colmillo de la muerte, aceptando palizas por parte de policías marroquíes haciendo el servicio a la respetable Unión Europea. Pensar que las responsabilidades sobre el hambre de muchos se borran automáticamente porque esos hayan nacido detrás de unas fronteras es olvidar los terribles desequilibrios que existen globalmente y que no fueron causados de forma natural.

Estas son cosas que pienso mientras leo el primero de los capítulos de P+DH: En el laberinto del Estrecho (1) Un Muro en el mar, donde Lydia Molina relata  los intentos de los inmigrantes que quieren cruzar a Ceuta y el desengaño de los que consiguen llegar y se encuentran encerrados en la ciudad. También hay crónicas de esto todos los días en el periódico de turno, sólo que cada vez ocupan menos espacio y son menos noticia.

An African-American President with Muslim roots

An African-American President with Muslim roots stands before the Muslim world and defends the right of Jews to a nation of their own in their ancestral homeland, and then denounces in vociferous terms the evil of Holocaust denial, and right-wing Israelis go forth and complain that the President is unsympathetic to the housing needs of settlers. Incredible, just incredible.

An Absolutely Extraordinary Moment – Jeffrey Goldberg

Foto: Washington Post

Deja que el mundo suceda

En estos tiempos tan dados a la acción y al producir, leo algo muy acertado sobre el desarrollo internacional. He vivido la misma sensación que se describe aquí, la dificultad de responder cuando alguien en una sociedad desarrollada te pregunta qué se puede hacer por tu país.

Itzapapalotl le ha pasado eso, cita las palabras de Joe Bageant, y reproduce un extracto que traduzco a continuación:

Aun la mayor parte de nuestro pensamiento bien intencionado y el estudio de las penurias de África y América Latina, las ciudades del interior de Norte América o los Apalaches, adolece de arrogancia, porque son necesariamente los productos occidentales del pensamiento de pertenencia y monetarización occidental lo que causa el problema. Por eso estudiamos a nuestras víctimas con piedad. Y supuestamente se enseñan soluciones a los problemas que seguimos causando para ellos. Personas del mundo occidental que estudian los efectos terribles de la globalización, de la violación en África, o la pobreza en el mundo lo están haciendo bajo el supuesto de que tales cosas pueden ser tratadas a través de algunas técnicas sociales, mediante el análisis, la razón objetiva y la ciencia racional y libre de valores. O por una red de organismos oficialmente aprobados.

Durante años he querido ver lo contrario llevarse a cabo. Ver americanos bien alimentados y educados aprender de los pobres de la tierra. Hacer lo que aconseja Gandhi, deja que los pobres sean los maestros. Ir sin nada entre ellos, un conjunto de ropa y sin dinero, mantener la boca cerrada, y hacerlo lo mejor posible para no influir en lo más mínimo (lo cual es imposible, lo sé. Pero usted puede venir, como dicen, «lo suficientemente cerca de la labor del gobierno»).

Dejemos, entonces, que el mundo suceda, como lo hacen en las llamadas «sociedades pasivas», en lugar de intentar de suceder nosotros en él como en la típica moda occidental. No tratemos de «mejorar» las cosas. Quizás practicando agricultura milpa con los mayas en la frontera con Guatemala, viendo crecer el maíz durante tres meses. Pescando en una piragua solitaria, de sol a sol, en los arrecifes moribundos del Caribe, con sólo uno o dos comidas de pescado como recompensa. Hacer cosas como éstas durante un mes o dos.

En primer lugar usted experimentará el aburrimiento, luego viene una violencia interna psíquica y la ira, al igual que la experiencia del zazen, o meditación sentado, mientras las capas de su condicionamiento mental se van desprendiendo. No renuncie, manténgala, hágala durar, hasta el final. Y cuando regrese encontrará que experimentar profundamente una realidad no condicionada cambia las cosas para siempre. Lo que haya experimentado animará cualquier vida intelectual que pueda haber desarrollado. O negar una gran parte de ella.

Pero en serio, la gente inteligente que experimenta una realidad no manufacturada normalmente da sentido y visión a su obra. Usted tendrá la experiencia de las verdades eternas del mundo y la humanidad en el nivel cero. Y se dará cuenta de que las sanas estructuras sociales que nuestras bien intencionadas mentes occidentales buscan, ya están, son inherentes a la psique de la humanidad, pero están aprisionadas. Y la sorpresa será darse cuenta de que usted y yo sin saberlo somos los captores.

La foto de este post fue tomada en Buenos Aires, Capital. Son personas que viven en la calle, durmiendo en una plaza céntrica, muy cerca de la Casa de Gobierno y Puerto Madero.

Like a windowpane

«All writers are vain, selfish, and lazy, and at the very bottom of their motives there lies a mystery. Writing a book is a horrible, exhausting struggle, like a long bout of some painful illness. One would never undertake such a thing if one were not driven on by some demon whom one can neither resist nor understand. For all one knows that demon is simply the same instinct that makes a baby squall for attention. And yet it is also true that one can write nothing readable unless one constantly struggles to efface one’s own personality. Good prose is like a windowpane. I cannot say with certainty which of my motives are the strongest, but I know which of them deserve to be followed. And looking back through my work, I see that it is invariably where I lacked a political purpose that I wrote lifeless books and was betrayed into purple passages, sentences without meaning, decorative adjectives and humbug generally.»

– George Orwell, Why I Write (via tarts)

Photo by jon madison

Primeras damas en el asiento de atrás

Academics, economists, lawyers, businesswomen: the qualifications in the room made for a highbrow coffee morning. It was disappointing not to find a few more husbands of presidents and prime ministers in the mix, but clearly miracles don’t occur over mere decades in politics.

The spouses included grandmothers and mothers, career women and career wives – all engaging with the complicated challenges of taking a back seat while in most cases being qualified to ride upfront.

Maybe one of these days we’ll see women like these at the summit, and a few more boys at the sideshow.

Michelle Obama, Karl Marx and the secrets of the G20 First Wives’ club, The Guardian.