Andreu Buenafuente es un señor, pero todo el mundo lo define como un chico grande con gafitas y mirada traviesa, y no está mal la descripción. Buenafuente hace un late-night, un programa a medianoche, que se llama «Buenafuente», y que reduce drásticamente las horas de sueño de quienes trabajamos muy temprano por la mañana. Buenafuente empieza el programa con un monólogo, está solo de pie, y nos recuerda a Seinfeld o al Show de la Comedia, pero no es nada de eso, es Buenafuente. Después hay entrevistas, otros humoristas, pero está claro que sin él, ese programa no se llamaría Buenafuente.
Parece que a algunos no les cae bien que un humorista diga lo que la mayoría piensa. Si es catalán, peor aquí en Madrid. Tiene que hacernos reir y punto.
Andreu Buenafuente trabajó años como periodista, pero eso da igual. Qué bueno que un humorista hable de política, que cualquier ciudadano se ría de un tema político, que entre todos tengamos idea y opinión sobre lo que se está hablando.
Buenafuente escribió algo en su blog, y al rato el texto circulaba reenviado por emails. Sí, gana mucha pasta, pero lo que ha dicho es cierto. Sí, firma contratos con sumas que quizás muchos de nosotros no ganemos nunca. Sí, es inteligente, exitoso y sexy. Sí, su programa mide mucho rating. Pero hace una tele muy por encima de la media de lo que estamos acostumbrados en España. Y ya está. Hasta Sabina le dedicó unos versos después de ir a su programa!
(Todo esto para contarles por qué a partir de hoy está en mi blogroll.)
[Update: he quitado el blogroll hasta decidir qué hago con mis feeds]