An African-American President with Muslim roots

An African-American President with Muslim roots stands before the Muslim world and defends the right of Jews to a nation of their own in their ancestral homeland, and then denounces in vociferous terms the evil of Holocaust denial, and right-wing Israelis go forth and complain that the President is unsympathetic to the housing needs of settlers. Incredible, just incredible.

An Absolutely Extraordinary Moment – Jeffrey Goldberg

Foto: Washington Post

Deja que el mundo suceda

En estos tiempos tan dados a la acción y al producir, leo algo muy acertado sobre el desarrollo internacional. He vivido la misma sensación que se describe aquí, la dificultad de responder cuando alguien en una sociedad desarrollada te pregunta qué se puede hacer por tu país.

Itzapapalotl le ha pasado eso, cita las palabras de Joe Bageant, y reproduce un extracto que traduzco a continuación:

Aun la mayor parte de nuestro pensamiento bien intencionado y el estudio de las penurias de África y América Latina, las ciudades del interior de Norte América o los Apalaches, adolece de arrogancia, porque son necesariamente los productos occidentales del pensamiento de pertenencia y monetarización occidental lo que causa el problema. Por eso estudiamos a nuestras víctimas con piedad. Y supuestamente se enseñan soluciones a los problemas que seguimos causando para ellos. Personas del mundo occidental que estudian los efectos terribles de la globalización, de la violación en África, o la pobreza en el mundo lo están haciendo bajo el supuesto de que tales cosas pueden ser tratadas a través de algunas técnicas sociales, mediante el análisis, la razón objetiva y la ciencia racional y libre de valores. O por una red de organismos oficialmente aprobados.

Durante años he querido ver lo contrario llevarse a cabo. Ver americanos bien alimentados y educados aprender de los pobres de la tierra. Hacer lo que aconseja Gandhi, deja que los pobres sean los maestros. Ir sin nada entre ellos, un conjunto de ropa y sin dinero, mantener la boca cerrada, y hacerlo lo mejor posible para no influir en lo más mínimo (lo cual es imposible, lo sé. Pero usted puede venir, como dicen, «lo suficientemente cerca de la labor del gobierno»).

Dejemos, entonces, que el mundo suceda, como lo hacen en las llamadas «sociedades pasivas», en lugar de intentar de suceder nosotros en él como en la típica moda occidental. No tratemos de «mejorar» las cosas. Quizás practicando agricultura milpa con los mayas en la frontera con Guatemala, viendo crecer el maíz durante tres meses. Pescando en una piragua solitaria, de sol a sol, en los arrecifes moribundos del Caribe, con sólo uno o dos comidas de pescado como recompensa. Hacer cosas como éstas durante un mes o dos.

En primer lugar usted experimentará el aburrimiento, luego viene una violencia interna psíquica y la ira, al igual que la experiencia del zazen, o meditación sentado, mientras las capas de su condicionamiento mental se van desprendiendo. No renuncie, manténgala, hágala durar, hasta el final. Y cuando regrese encontrará que experimentar profundamente una realidad no condicionada cambia las cosas para siempre. Lo que haya experimentado animará cualquier vida intelectual que pueda haber desarrollado. O negar una gran parte de ella.

Pero en serio, la gente inteligente que experimenta una realidad no manufacturada normalmente da sentido y visión a su obra. Usted tendrá la experiencia de las verdades eternas del mundo y la humanidad en el nivel cero. Y se dará cuenta de que las sanas estructuras sociales que nuestras bien intencionadas mentes occidentales buscan, ya están, son inherentes a la psique de la humanidad, pero están aprisionadas. Y la sorpresa será darse cuenta de que usted y yo sin saberlo somos los captores.

La foto de este post fue tomada en Buenos Aires, Capital. Son personas que viven en la calle, durmiendo en una plaza céntrica, muy cerca de la Casa de Gobierno y Puerto Madero.

May Day, Día de los Trabajadores

May Day, antes una festividad pagana y ahora el Día de los Trabajadores es un día festivo internacional en el que se recuerdan los incidentes de Haymarket, en mayo de 1886. Obreros de Chicago que iniciaron una huelga con la que luchaban por establecer un límite de 8 horas en la jornada laboral. Antes de eso existía una ley que prohibía trabajar más de dieciocho horas, salvo caso de necesidad.

Los organizadores de la huelga, conocidos hoy como los Mártires de Chicago, fueron detenidos y condenados a la horca menos uno que recibió prisión perpetua, en un juicio considerado una farsa. Plagado de mentiras, su verdadero motor era el miedo a la capacidad de organizarse de los trabajadores. A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de ocho horas a varios centenares de miles de obreros, aunque hubo que esperar hasta 1935 para que el presidente Franklin Roosevelt la aprobara por ley.

Global panic anyone?

Sólo para mantener la perspectiva: más de 4 mil personas morirán en África de SIDA hoy y 2 mil niños serán infectados. ¿Alguien quiere pánico global?

Esto dicho en el medio de la paranoia de la gripe porcina, medios exagerando la situación y la palabra pandemia repetida hasta el infinito.

Schwarzenegger sobre Obama

«When have you ever seen a president be that out there? I’ve never seen that. Usually people are so guarded. The aides are always so guarded. They’re so afraid that you will blow it or that you will make news that’s unintended and all those things… But I think he’s so smart. He’s so clear with his thinking and he’s so well informed and has been dealing with policy in all this and is also very philosophic it’s almost like. I think he’s just like – I think it’s beautiful,» – the Republican governor of California.

Via Andrew Sullivan

La fábrica Triangle

El  incendio de la fábrica Triangle fue el mayor desastre industrial de la ciudad de Nueva York y la peor tragedia ocurrida en un lugar de trabajo, antes del 11S. En él murieron 148 personas, la mayoría, mujeres jóvenes, muchas de las cuales se lanzaron de un noveno piso para evitar las llamas.

En el edificio Asch, la compañía empleaba a unos 600 trabajadores, en su mayoría jóvenes mujeres inmigrantes. Algunas tenían sólo 12-13 años y trabajaban turnos de 14 horas haciendo entre 60-72 horas semanales. Según Pauline Newman, una trabajadora de la fábrica, la paga era de 6 a 7 dólares por semana. En una époco donde el salario promedio anual era de 791 dólares, una trabajadora de Triangle no ganaba más de 338 dólares.

En 1909 la empresa fue conocida en el sector, porque de sus salas surgió una protesta espontánea y masiva donde 20 mil trabajadoras salieron a la calle, y lograron, un año después, que se les mejoraran parcialmente sus condiciones salariales y de horas.

La inseguridad laboral, sin embargo, continuó y fue protagonista del gran incendio de 1911. Nunca se supo si fue accidental o provocado, pero el hecho es que la mayoría de las puertas de salida estaban cerradas con llave para impedir que las trabajadoras pudieran tomarse descansos.

Después de un funeral al que acudieron 100 mil personas, el reclamo por una adecuación de las leyes puso en marcha una comisión del gobierno. Los dueños de la compañía, Max Blanck e Isaac Harris, que habían huído hacia el tejado en cuanto el fuego comenzó, sobrevivieron y fueron llevados a un juicio en el que fueron absueltos. A través de una demanda civil posterior, se vieron obligados a pagar 75 dólares por víctima, mientras la compañía aseguradora les pagó 400 en ese mismo concepto. En 1913, arrestaron a Blanck una vez más por cerrar con llave las puertas de la fábrica durante horas de trabajo. Tuvo que pagar una multa de 20 dólares.

El Día de la Mujer, celebrado pocas semanas antes, cobró significación con este caso que modificó la legislación laboral de los Estados Unidos y está reconocido por la ONU.