Sólo 30 años

steve jobs

I feel like somebody just punched me in the stomach and knocked all my wind out. I’m only 30 years old and I want to have a chance to continue creating things. I know I’ve got at least one more great computer in me. And Apple is not going to give me a chance to do that.

Steve Jobs

[Siento como si alguien me hubiera pegado en el estómago dejándome sin aire. Sólo tengo 30 años y quiero tener la oportunidad de continuar creando cosas. Sé que tengo al menos un gran ordenador más en mí. Y Apple no va a darme la oportunidad de hacer eso.]

Foto: ♥ China ♥ guccio

Entrevistada por El Comercio Digital

working

Con motivo de mi asistencia al Internet Meeting Point en Asturias, me han hecho esta entrevista que no quiero olvidarme de reproducir aquí:

Marilín Gonzalo pertenece a la generación de periodistas que se ha zambullido en internet con la confianza de que en él está el futuro. Firme defensora de las relaciones sociales a través de las herramientas que proporciona la red, la autora de marilink.net es una de las usuarias más destacadas de Twitter y es especialista en comunicación ‘on line’ y contenidos en internet.

¿El futuro del periodismo está en internet?

No tengo ninguna duda de eso. Todavía no tenemos totalmente claro el esquema de ingresos y negocio de la distribución de las noticias en el futuro, pero está clarísimo que internet es el medio idóneo para que la información se distribuya, para que los lectores participen y para que cada uno decida a qué tipo de información quiere acceder.

Los blogs son un fenómeno que se ha generalizado en todo el mundo y muchas personas los usan como vehículo de comunicación con el resto pero, desde un punto de vista profesional, ¿son una herramienta seria de información o quedan en el ámbito de la opinión?

Personalmente creo que los blogs, e internet en general, implican un ámbito de libertad que no se encuentra en los medios periodísticos tradicionales, y en ese sentido pueden ser muy ricos en datos informativos. Desde la teoría del periodismo tradicional, el blog tiene un alto componente de opinión, porque siempre es la mirada característica de una persona -el autor- que es plenamente consciente de que está dando su visión sobre un tema, pero esto no quiere decir que la información por eso sea menos cercana a la verdad.

Yo creo que todo lo contrario: tenemos un autor que se identifica ante sus lectores, que tiene un historial de posts publicados, por lo que podemos saber cómo piensa con respecto a ese u otros temas, y que por lo general responderá en los comentarios si planteamos una corrección o una argumentación a su post. Normalmente en su post habrá enlaces, referenciando esas ideas, por lo que podemos saber cuáles son sus fuentes, en qué se basa. En la prensa impresa muchas veces la información no es tan transparente, no tenemos enlaces, no tenemos una forma de comentar directamente la noticia, y los artículos no siempre están firmados por el periodista que los escribe.

No veo por qué no pueden ser una herramienta seria de información. Aún escribiendo desde un ángulo subjetivo pueden seguir siendo más veraces que otros medios pretendidamente objetivos.

¿Con qué motivación empezó a trabajar en marilink.net?

marilink.net es mi blog personal. Antes de abrirlo me pasaba mucho tiempo leyendo blogs y en algún momento quise tener un sitio para escribir lo que yo pensaba de muchas cosas que leía por ahí, o simplemente para guardar los enlaces. Luego se convirtió en mucho más que eso, nunca un trabajo, aunque de allí para mí se ha abierto un gran espectro laboral.

También es una destacada defensora y usuaria de Twitter. ¿Qué virtud destacaría de esta herramienta sobre otras redes sociales?

Destaco su simplicidad. Cuando empecé a usarlo me pregunté: “¿Cómo es posible que nadie hubiera inventado esto antes?”. A la vez, siendo simple, es curioso ver cómo cada persona puede usarla de un modo diferente, adaptando ese uso a sus necesidades y a varios niveles. Sin embargo, no considero a Twitter una red social en sí. Creo que es más bien una herramienta, de la misma manera que lo es el email o el chat.

Según un estudio del Harvard Business School, sólo el 10% de los usuarios de Twitter generaron más del 90% del contenido de la red social. ¿No supone un fracaso que más de la mitad de los internautas publicaran menos de un mensaje en 74 días? ¿Cree que no ha calado?

No sólo creo que Twitter ha calado, sino que estoy convencida del gran suceso que es y que ya ha pasado a ser una nueva forma de comunicación social. Cada tanto surgen estudios de este tipo, que miden unos parámetros determinados. Creo que hay que tomar esos resultados como parte de un gigantesco fenómeno de comunicación y no reducirlos a una conclusión simplista. ¿Twittear mucho es sinónimo de éxito? No lo creo. Se participa en Twitter de muchas formas, una de ellas es la atención que atrae, y eso sí es parte de su éxito: hay muchas personas escuchando.

Algunas localidades españolas, concretamente Pontevedra, Lleida y Salamanca, han puesto en práctica en las recientes elecciones europeas un sistema de voto electrónico. ¿Cree que se afianzarán a corto plazo operaciones como ésta? Existe una traba importante, y es el importante segmento de población que es ajeno a internet.

A corto plazo probablemente no, pero estas iniciativas son importantes porque ayudan a que podamos integrar las ventajas de las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria. Esa traba de la que habla se denomina brecha digital, y no está dada tanto por la poca disponibilidad de las nuevas tecnologías sino por la falta de educación en el uso de las mismas.

Los gobiernos buscan la manera idónea de endurecer la legislación en materia de internet mientras aún existe gran confusión en la sociedad sobre lo que está permitido o no en la red. ¿Cuál es su postura al respecto?

La Red representa por primera vez un ámbito donde las personas pueden comunicarse a nivel mundial libremente, donde no es fácil delimitar fronteras ni jurisdicciones. Muchos gobiernos intentan mantener un esquema de control sobre internet, y eso, por su misma naturaleza, se ha ido revelando como imposible tras cada intento.

Internet es una parte de nuestra sociedad, y por eso veo necesario que se legisle sobre ella, pero sin coartar las libertades de los usuarios. No ayuda a clarificar el panorama la gran desinformación que hay en general sobre estos temas, propugnada por ciertos grupos de presión. Actualmente se llama piratas a personas que comparten música en internet (lo cual es legal en España cuando se hace sin fines comerciales) mientras otros hechos como el robo de identidad o ataques a servidores son archivados por una Justicia que no está debidamente formada sobre esta materia.

En la línea de la anterior pregunta, ¿cree que medidas como rebajar la velocidad o desconectar a los infractores son la solución al problema?

No, en absoluto. Son medidas que, en primer lugar van contra la privacidad de los usuarios y su derecho a usar Internet, y además de eso, no forman parte del desarrollo de una nueva industria de contenidos culturales, se limitan a legislar pensando que los antiguos esquemas seguirán funcionando, como si no hubiera habido un cambio fundamental en el alcance y producción cultural con el advenimiento de internet.

Participó en la creación de 20palabras. ¿En qué consistió este proyecto?

20palabras fue una publicación digital que combinó una redacción distribuída con el microblogging: unos 20 periodistas desde diferentes lugares del mundo, enviábamos noticias en unas 20 palabras, que se publicaban automáticamente en la web y también se recibían en dispositivos móviles. Como proyecto comercial no prosperó pero atrajo mucho interés y fue un experimento de periodismo adaptado a estos tiempos que nos dejó un aprendizaje impagable.

La empresa ante las redes sociales

De esto me invitaron a hablar en un programa de formación de la Cámara de Comercio de Las Palmas. Creo que muchos empresarios están empezando a oír hablar del social media y por necesidad o simple curiosidad quieren empezar a enterarse de cómo funciona todo esto pero se encuentran de repente en un ámbito en el que no saben muy bien cómo actuar.

Mi mayor dificultad al preparar el curso fue adaptarlo a los distintos niveles de experiencia en usos de internet de un público desconocido. La brecha de alfabetización digital se manifiesta en nuestra sociedad y no iba a ser excepción en el curso: muchos comentaron sobre «la amplitud de información», «el mundo nuevo que hay ahí afuera del que no teníamos idea», «muchísima información muy valiosa para sólo un curso», mientras, para mi sorpresa sólo una persona coincidió conmigo en que fue «básico»(cito respuestas sacadas de la encuesta final).

De hecho, yo creía que era básico, hasta que el coordinador me sugirió que fuera más despacio y mostrando ejemplos de lo que hablaba, porque había personas que por ejemplo nunca habían entrado a Facebook mientras yo daba por sentado su funcionamiento. Así que el segundo día modifiqué toda mi charla e improvisé yendo a la parte práctica de todo esto. La gente estaba encantada de que alguien pudiera explicarles el funcionamiento básico de las herramientas sociales. Fue un poco un society shock, como cuando sales de tu mundo y te das cuenta de que todavía falta mucho camino por andar en estos temas.

Esta fue una de las impresiones del curso. Surgen muchas más en los primeros datos de una encuesta que hice allí, cuyos datos serán publicados algún día, esperemos que no muy lejano, en este mismo blog.

Art in a new way

The duplicability of recordings has had another unexpected effect. The pressure is on to develop content that isn’t easily copyable—so now everything other than the recorded music is becoming the valuable part of what artists sell. Of course they’ll still want to sell their music, but now they’ll embed that relatively valueless product within a matrix of hard-to-copy (and therefore valuable) artwork. People who won’t pay £15 for a CD will pay £150 for the limited edition version with additional artwork, photos, booklet and DVDs. They often already own the music, downloaded—but now they want the art. They’re buying art, and they’re buying it in a new way. That suggests to me the possibility of a refreshingly democratic art market: a new way for visual artists, designers, animators and film-makers to make a living. So, as one business folds, several others open.

Brian Eno, aquí, via feastingonroadkill

Foto: Rooze

Por qué Susan Boyle no es viral (y la industria tiene que cambiar el chip)

Llámenme insensible pero lo más conmovedor de Susan Boyle no es la historia de Cenicienta que maneja detrás sino los números que muestran la propagación alucinante que puede sufrir un mensaje en nuestra era de redes y todo lo que tienen estos para decirnos sobre los nuevos modelos de distribución de la cultura.

El video de 7 minutos colgado en Youtube ha quebrado todos los récords de visionado en una semana -al momento de escribir este post, 14 días después de publicado, 43.6 millones de visitas y subiendo-, incluso de algunos que llevan varios meses, como la imitación de Sara Palin por parte de Tina Fey (8.7 millones) o el discurso de la victoria de Obama la noche de su elección (4.8 millones de visitas en este momento). Pero es que según Visible Measures, que mide estadísticas de varios sitios que comparten videos, todos los videos con Susan Boyle, incluyendo sus entrevistas en televisión, han generado un total de 85.2 millones de vistas. Julie Supan, portavoz de Youtube, dice que en sus cuatro años en la compañía no recuerda un video que rankeara de esta manera.

El Washington Post recoge estas y otras estadísticas, como las de su página en Wikipedia que sumaba 500 mil visitas a una semana de su creación, o los datos de su página en Facebook, que sumaba cientos de nuevos miembros cada pocos minutos y en una semana pasó de 150 mil miembros a más de un millón.

Pero mucho más interesante es el análisis de Henry Jenkins, , que evita llamar virales a estos procesos, sino que habla de spreadability, y la diferencia detrás de eso es la intención. Dice Jenkins:

The difference between «viral» and «spreadable» media has to do with the conscious agency of the consumers. In the viral model, nobody is in control. Things just go «viral.» In the Spreadability model, things spread because people choose to spread them and we need to understand what motivates their decision and what facilitates the circulation.

While she originated on British broadcast television, her entry into the American market was shaped more by the conscious decisions of 87 plus million people who choose to pass her video along to friends, families, work mates, and fellow fans than by any decision by network executives to put her on the airwaves in the first place.


En estos días en España estamos hablando mucho de la cultura y de los posibles nuevos modelos para distribución de contenidos, y datos como éste ponen de manifiesto de qué estamos hablando. Los usuarios ya son parte de esa distribución de los contenidos, nos guste o no:

We have to understand the Susan Boyle phenomenon as occurring at the intersection between broadcast media (or to use Amanda Lotz’s term, television in the post-network era.) In other words, this is convergence culture at work.

The Susan Boyle phenomenon would not have played out the same way if there wasn’t YouTube, if there weren’t social networks, if there weren’t Twitter. Indeed, the very similar video of Paul Potts making a similarly surprising success on the same program generated nowhere near the same level of circulation a year ago (though it may have also prepared the way for the public’s interest in this story). What allowed the Susan Boyle video to travel so far so fast was that it could travel so far so fast.

En el mismo análisis se menciona ese plus de audiencia ganada a los medios tradicionales: el vídeo se distribuyó sin derechos de comercialización en el resto del mundo, simplemente porque no había forma de hacerlo. Quien hubiera querido consumir ese momento no tenía forma de comprarlo: el programa no fue distribuido comercialmente fuera del Reino Unido, ni en Hulu, ni en iTunes, ni con la misma inmediatez, ni con la recomendación de un conocido que decide compartir ese contenido.

Aunque los productores del video podrían haber monetizado las visitas, según Wired, decidieron no hacerlo, porque no se trataba de eso. Jenkins cree que tanta spreadability incluso puede significar más una responsabilidad (liability) que una baza (asset), porque el interés de las personas es efímero, y si Susan Boyle grabase un disco, para el momento en que ese disco saliera al mercado ya no existiría el mismo interés que hace que la gente busque sus datos en Wikipedia.

Susan Boyle, la mujer que paradójicamente no sabía lo que era Youtube, nos está haciendo ver muchas cosas. Entre ellas, que todavía tendemos a transladar los antiguos modelos de promoción y publicidad a la nueva forma de difusión de la cultura, queremos encajar eso en el fenómeno de las conversaciones grupales, queremos números rápidos.

Ya no habrá virales, nunca los hubo si creíamos que el contenido se transmitía casi involuntariamente. Que contagioso significaba carente de decisión. Las decisiones de la multitud cuentan, y cuentan más que nunca.

Ellos no te lo dirán

En vez de pagar por poner tu compañía en Twitter, pagar porque la mencionen en Twitter y pagar por posts patrocinados, mejor olvídate de todo eso y ponte a hacer cosas realmente buenas que emocionen a las personas. Forma un excelente equipo y cuando el resultado sea tan bueno que tus amigos se lo recomienden a sus amigos, no vas a necesitar ningún tipo de social media marketing.

Matt Haughey (BloggerMetafilter)

Vía ALT1040