Ser zurdo en mejores épocas

Ahora parece que todos los zurdos vamos a linkear este post, (via Microsiervos, allí también hay uno) pero siempre quienes más se preguntan acerca de que podamos escribir con la mano izquierda son los diestros.

No hay que ir muy lejos en la historia para ver que a los zurdos se los perseguía. La Iglesia principalmente los ha relacionada con lo diabólico (de allí lo de diestra-siniestra): en la Edad Media los flagelaban y mataban y luego, no hace muchos años, en las escuelas les ataban la mano para que tuviesen que escribir con la derecha. (Tengo una tía zurda que sufrió palizas por parte de las monjas).

Sabían que una de cada diez personas es zurda? Algo que pude comprobar en todas las aulas en las que estuve.

Qué buen nombre resulta Buenafuente para un periodista, ¿no?

Andreu Buenafuente es un señor, pero todo el mundo lo define como un chico grande con gafitas y mirada traviesa, y no está mal la descripción. Buenafuente hace un late-night, un programa a medianoche, que se llama «Buenafuente», y que reduce drásticamente las horas de sueño de quienes trabajamos muy temprano por la mañana. Buenafuente empieza el programa con un monólogo, está solo de pie, y nos recuerda a Seinfeld o al Show de la Comedia, pero no es nada de eso, es Buenafuente. Después hay entrevistas, otros humoristas, pero está claro que sin él, ese programa no se llamaría Buenafuente.

Parece que a algunos no les cae bien que un humorista diga lo que la mayoría piensa. Si es catalán, peor aquí en Madrid. Tiene que hacernos reir y punto.

Andreu Buenafuente trabajó años como periodista, pero eso da igual. Qué bueno que un humorista hable de política, que cualquier ciudadano se ría de un tema político, que entre todos tengamos idea y opinión sobre lo que se está hablando.

Buenafuente escribió algo en su blog, y al rato el texto circulaba reenviado por emails. Sí, gana mucha pasta, pero lo que ha dicho es cierto. Sí, firma contratos con sumas que quizás muchos de nosotros no ganemos nunca. Sí, es inteligente, exitoso y sexy. Sí, su programa mide mucho rating. Pero hace una tele muy por encima de la media de lo que estamos acostumbrados en España. Y ya está. Hasta Sabina le dedicó unos versos después de ir a su programa!

(Todo esto para contarles por qué a partir de hoy está en mi blogroll.)

[Update: he quitado el blogroll hasta decidir qué hago con mis feeds]

Voy al IFFR

Probablemente en enero esté cubriendo el Festival de Cine Internacional de Rotterdam (International Film Festival Rotterdam, IFFR), para varios medios. No quiero confirmar ninguno todavía, pero algo tenía que contar!

Si no saben nada del IFFR, es el festival de cine independiente más importante de Europa, algo así como el Sundance europeo. La primera vez que siento que saber un poquito de holandés va a valer la pena en lo profesional! (Sí, hablo un poquito de holandés).

vuelvo a la vida online | back to online life

Sí, sí, ya sé que el blog está abandonado. Pero tengo una excusa… y la voy a usar! Desde mayo, cuando comenzó la pesadilla Wanadoo, no tengo adsl. En lo que espero fueron los últimos capítulos de la historia, tuve que dar de baja mi línea de teléfono (sí, tengo nuevo número) y así poder contratar por fin con otro proveedor.

Desde ayer tengo banda ancha otra vez en casa. Creo. Explicar el creo consiste en decir que por extrañas cosas de la burocracia y por error de mi flamante proveedor (sin comentarios), me han habilitado el adsl sin haberme enviado el módem. Hasta que me lo envíen voy a usar mi router. Espero que no haya más incidencias para contar.

Todo esto para decir que a partir de ahora no tengo excusas. Aunque es cierto que me pasé todo el verano sin internet haciéndole fotos a las lámparas y ahora que tengo banda ancha otra vez estoy con la agenda completa.

Víctimas de Wanadoo, uníos

Afectada como estoy por la falta de ADSL y la imposibilidad de que cualquier compañía me lo conecte, ya que Wanadoo no me libera la línea, estoy recorriendo muchos foros y páginas consolándome al ver la gran cantidad de víctimas de Wanadoo que hay en este país. Pero como mal de muchos es consuelo de tontos, intento hacer algo, juntar voces, informarme y dar a conocer nuestros problemas.

Estoy en un foro de MSN Groups, que se llama Afectados Por Wanadoo, que el foro más organizado de los que he visto. No es un lugar donde uno se desahoga contando su caso sin ninguna respuesta posterior, como quejasonline por ejemplo, sino que además de recibir consejos de parte de otros que puedan aportar algún dato -como Bandaancha.st– también se encuentra información jurídica.

Además de todo eso, creo que lo bueno es desahogarse, porque estas situaciones nos hacen pasar por mucho estrés y al sentirnos solos se nos viene el mundo encima. A veces me pregunto por qué si somos tantas personas con los mismos tipos de problemas con las ISPs, en especial Wanadoo que es la que lidera el ranking (problemas con la baja, falta de conexión, cortes en la conexión, facturación abusiva, retención del bucle telefónico) no tenemos más voz en la prensa, no se toman cartas en el asunto, nadie se agrupa para hacer valer sus derechos como consumidor.

Hoy en la cola de correos, una señora estaba enviando un burofax para darse de baja en Wanadoo. Me puse a hablar con ella y nos intercambiamos dirección de Wanadoo y website del foto de afectados. No sé si me parece idea mía, pero nunca he conocido a nadie que me diga que está fenomenal con Wanadoo y que nunca tuvo ningún problema, y además, cada vez más oigo casos de personas con problemas de este tipo.

En mi peregrinar por la web he encontrado la otra voz, la de los empleados de estas compañías, que me interesó por lo valioso de su testimonio. Dicen mucho de la sociedad y los tiempos en los que vivimos.

A Sueldo de Moscú le declaró la guerra a Wanadoo. Su historia es «rocambolesca y divertida, pero no por ello menos dramática» según dice el primero de los comentarios. Pero el mejor es la respuesta de un teleoperador, más abajo.

En quejasonline.com, un operador cuenta cómo funciona Wanadoo, desde dentro. Cosas que sería bueno saber antes de gritarle al primero que nos atiende.