Here Be Dragons

Here Be Dragons

Conocemos la noticia de que los productos homeopáticos podrán ser vendidos oficialmente en las farmacias españolas, y yo recuerdo el documental «Here Be Dragons». Esta agua embotellada es uno de los dragones de nuestra época, y decir «médico homeópata» es como decir «inteligencia militar»: un oxímoron en toda regla. Luis Alfonso Gámez, periodista especializado en ciencia, lo ha explicado muchas veces, la última en una charla con un homéopata (audio, 15:14)

Sobre el documental, si aún no lo vieron, siempre es un buen momento. En 40 minutos, Brian Dunning, presentador y productor del podcast Skeptoid y autor de Skeptoid: Critical Analysis of Pop Phenomena, hace una introducción al pensamiento crítico. La mayor parte de las personas aceptan premisas pseudocientíficas presentadas por los medios de comunicación sin crítica alguna. Here be Dragons nos ayuda a reconocer los peligros de la pseudociencia y establece una serie de banderas rojas para saber cuándo nos quieren vender algo que no está probado por la ciencia.

Here Be Dragons está disponible bajo licencia Creative Commons para ver en streaming y con descarga gratuita, con subtitulado en español e inglés.

Felix Baumgartner y sus piececitos

La foto es de Jay Nemeth. No es de hoy sino de una de las pruebas previas al salto desde la estratósfera de Felix Baumgartner, pero es igual de bella y transmite todo lo que vivimos hace minutos. Al que no se le encogió el corazón cuando vio los piececitos de Felix Baumgartner colgando en el vacío a 39.000 metros de altura no tiene sangre en las venas. Está por confirmarse, pero sería la primera vez que una persona alcanza la velocidad del sonido en estas condiciones y hasta ahora no se sabía qué pasaría. Si el experimento lo patrocina una marca comercial, si es la mejor campaña de publicidad de la historia, si se venden tropocientas latas de Red Bull, de verdad, para mí es un dato secundario.

Qué momento más maravilloso, qué pequeños se ven tus pies cuando la Tierra está debajo, qué heroico Baumgartner, qué tiempos privilegiados vivimos en que podemos ver a través de 9 cámaras la asombrosa serenidad de un astro-paracaidista, en que internet se transforma durante 4 minutos en la TV de 8 millones de personas.

Ofiuco no cambia nada

ophiuchus-amycrook

Lo confieso, me encantaba que hubiera aparecido Ofiuco porque esto significaba la prueba definitiva para rebatir a quienes creen que el horóscopo regula nuestras vidas. Pero hoy me he dado cuenta de que la falta de pensamiento crítico ha calado mucho más hondo, cuando al hablar del tema con alguien tras decir: «qué horror, hemos vivido todos estos años engañados», ha agregado: «voy a tener que leer toda la astrología otra vez».

Ofiuco ha sido anunciado como un descubrimiento astronómico que obliga a los astrólogos a incluir un nuevo signo en el Zodíaco, como si astrología y astronomía estuvieran relacionadas, cuando no lo están, por lo menos desde hace varios miles de años. Y titular que un descubrimiento de la ciencia cambiará nuestras vidas siempre es efectista y parece que hasta puede crear una crisis de identidad en miles, millones de personas. Pero si escuchamos lo que dice Javier Armentia, astrónomo y director del Observatorio de Pamplona, nos damos cuenta de que no es así:

Todo esto no cambia nada, pero principalmente porque no hay nada que cambiar. La astrología, por más que sea una creencia y un sistema de adivinación antiquísimo, no tiene nada de realidad: ni el carácter ni los sucesos vienen determinado ni influidos por las posiciones de algunos astros en una proyección ideal del cielo que se veía hace unos 4.000 años.

Esto es lo realmente relevante, lo que se sabe desde hace mucho, y lo que casi nunca se recuerda en los medios de comunicación. Por cierto, responsables también de que el horóscopo y la astrología siga siendo algo popular en nuestros días.

El artículo merece una lectura completa, y también de ahí antes de que pasemos a los comentarios, recomiendo el kit de defensa antiastrológica.

Imagen: Ophiuchus por Amy Crook

La delgada línea

Leo un interesantísimo artículo de Antonio Martínez Ron llamado No estás muerto hasta que estás caliente y muerto (vayan ya y léanlo), que dice entre otras cosas:

Pero lo que mejor han aprendido los expertos es que el frío difumina la fina barrera que separa la vida y la muerte. Desde el punto de vista de la Física, el frío no es más que inactividad, o mejor dicho, ralentización del movimiento. Si alcanzáramos el cero absoluto, la actividad atómica cesaría por completo y no habría movimiento alguno.

Y por eso mismo se está investigando cómo las personas congeladas, podrían «volver» a la vida. Digo volver con comillas porque aparentemente la vida no se «fue» a ninguna parte, o ¿se fue y volvió? Compartí este artículo y un médico se preguntaba por la mente de esa persona… qué experiencias tendrá a «la vuelta». Qué cerca está la ciencia de tocar la vida y la muerte, de atrapar ese soplo y que sin embargo siga siendo mágico el momento en el que la vida se produce o se pierde para siempre.

Por cierto, Mark Roth, el científico citado en el artículo, habló en TED y aquí se puede ver su charla: