Me voy de eldiario.es: nueva etapa en Vozpópuli

Redacción de eldiario.es

 

«Tengo a esta redacción el amor que tiene un inmigrante», dijo una vez David Carr y yo siento que dejar eldiario.es es casi como dejar un país donde he vivido.

Sí, me voy de eldiario.es. Hace unos días se lo dije a mi director y a mis compañeros y he convocado a unas copas esta semana para pasar el trago. No estoy segura de que funcione para despejar las emociones. La decisión no ha sido fácil, pero ya he dejado un país una vez, y sé vivir con el cosquilleo en el estómago.

Me llaman de otro medio digital, Vozpópuli, donde quieren crecer y necesitan un jefe de producto. Es un desafío al que me voy con ilusión, porque creo que hay mucho que podremos hacer y les veo con ganas; y con mucha responsabilidad, por la confianza puesta en mí por sus directivos.

Me voy con un tesoro: una inmensa satisfacción de todo lo que hemos hecho en eldiario.es. Hemos demostrado que un periodismo independiente puede ser sostenible y tenemos un modelo de negocio que se menciona a menudo en las slides de varios congresos de periodismo e innovación. Hemos crecido hasta ser el segundo medio nativo digital de España compitiendo con otros cuyos presupuestos anuales multiplicaban varias veces el nuestro. Hemos creado una comunidad de socios que hoy supera los 15.600. Y lo hemos hecho sin cerrar nuestros contenidos a quien no pague: ellos pagan para que la información sea libre.

Llegué a eldiario.es hace 4 años, en noviembre de 2012, cuando había sólo 12 personas en una redacción de unos pocos metros cuadrados. Ignacio Escolar me pidió que llevara Producto, que fuera ese puente entre redacción, sistemas y el área comercial. Cuando un día dije que necesitábamos hablar más de tecnología me dejó crear una sección, a la que llamamos Diario Turing (esto fue un par de años antes de que Hollywood pisoteara a Turing en aquella nefasta película).

Diario Turing nunca tuvo redactores fijos ni mucho presupuesto pero hizo honor a su patrono laico y con un buen equipo de colaboradores hablamos de criptografía, de software libre, de algoritmos, del hombre frente al robot, de datos masivos y metadatos, de predicciones con cálculos bayesianos, de Bitcoin, de la vigilancia sobre la ciudadanía, de proyectos cibernéticos en política.

Entrevistamos a Vint Cerf, a Glenn Greenwald, a Laura Poitras y a Mark Shuttleworth entre otros. Aprendimos y enseñamos a usar Tor y Tails, hablamos de la violencia de género en las redes y seguimos paso a paso la legislación europea en torno a los derechos digitales. Y cubrimos todo lo que pasó con las reformas de la Ley de Propiedad Intelectual hasta la vergonzosa aprobación de la tasa Google o canon AEDE, a la que nos opusimos junto con otros 700 medios digitales desde la Coalición Pro Internet.

Un informe presentado en la la VI Conferencia sobre Vigilancia y Sociedad en Barcelona destacó la cobertura periodística de las revelaciones de Edward Snowden de Diario Turing a la vez que hacía notar la indiferencia de políticos y medios de comunicación en general.

Desde hace unos años la tecnología ha empezado a ser una dimensión tan importante de la sociedad que muchos temas ya no pueden ser contados sin la implicación de las secciones de política, de economía, de sociedad, y por otro lado, también yo necesitaba dedicar más tiempo a todos los nuevos proyectos de eldiario.es, por lo que Diario Turing dejó de publicar como sección propia en 2015.

Mientras tanto, desde Producto hicimos un rediseño completo de la web (logo incluido), mejoramos el sistema de comentarios, e hicimos una versión móvil del sitio. Quitamos la publicidad a los suscriptores, pusimos en marcha newsletters diarias de noticias y luego las ampliamos a boletines temáticos semanales para todos los que quisieran recibirlas.

Pusimos a políticos de todos los partidos, empresarios, científicos, y hasta a un astronauta frente a nuestros lectores para que les pudieran preguntar lo que quisieran en el Pregúntame, nuestros encuentros digitales, en una plataforma sin mediación de ningún periodista ante las preguntas, moderadas por la comunidad.

Preparamos un proyecto que fue seleccionado por Google, quien nos destacó por nuestra forma diferente de pensar el periodismo. Nos asociamos a The Guardian y somos parte del buzón seguro de Fíltrala. A lo largo de estos años hemos ido tejiendo alianzas con otras redacciones, que hoy llegan a ser 13 en todo el país.

He sido feliz en esta redacción. La oportunidad que me dio en aquel momento Ignacio Escolar es algo que no podré terminar de agradecerle. Decir que ha sido un gusto trabajar con él y con el equipo talentoso que ha montado es quedarme muy corta. Sabíamos que llegaba porque su risa se oía en el pasillo desde que salía del ascensor de aquella primera oficina. Nacho es un visionario y su entusiasmo invade toda la redacción. Y de los compañeros qué puedo decir, son lo mejor de eldiario.es. He aprendido tanto de ellos que no terminaría jamás de contarlo.

Me siento privilegiada por estos años y agradecida por el nuevo desafío en Vozpópuli. Desde allí seguiré trabajando para que periodismo e internet se entiendan cada vez mejor. Por si no lo habían sospechado, es parte de mi ambicioso plan para cambiar el mundo.

 

Facebook como mediador de las noticias

Facebook vídeo

Datos de visitas y compartidos en dos noticias de eldiario.es esta semana para tratar de entender lo que está haciendo Facebook con los contenidos de los medios de comunicación:

1. Esta noticia sobre la alcaldesa de Barcelona genera mucho interés según sus compartidos y Likes. Facebook lo ha mostrado en los muros de 178.331 personas.

2. Esta noticia sobre el ministro Soria según los mismos indicadores genera menos interés, pero es un vídeo directamente subido a Facebook, que además se reproduce solo. Y aunque solo tiene 58.000 reproducciones, Facebook lo ha mostrado a 522.124 personas.

Los medios digitales se encuentran ante sí con una plataforma con más poder de distribución y con la mayor audiencia imaginada para un solo medio. ¿Luchar contra Facebook o caer en sus brazos? Ninguna de las dos. Pero tendremos que tomar decisiones cada vez más rápido.

 

 

Cómo hablamos a las niñas pequeñas

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Por esas cosas de la sostenibilidad del planeta estoy cambiando la mitad del esquema de iluminación de mi casa, sustituyendo luces que ya eran bajo consumo por unas LED. El fin de semana vino papá a casa a comer y trajo varias para instalarlas.

Estaba en ello, subido a un banco y le pregunté si necesitaba que le alcanzara herramientas o me quedara a su lado. Me dijo que no hacía falta. Me puse a hacer otras cosas y me llamó. Sólo quería mostrarme mientras las ponía cómo era la conexión y cómo se colocaban los cables. Debo decir que previamente habíamos hablado bastante sobre las luces LED, sus números de rendimiento y ahorro y la forma de conectarlas en la instalación que ya tengo.

Esto que mis padres han hecho toda la vida nunca me había llamado la atención, pero esta vez me di cuenta de algo. No me necesitó para que le ayudara, pero sí me hizo dejar todo para explicarme algo nuevo. Nunca me había fijado en esto porque desde que tengo cero años mis padres siempre me han mostrado todo, siempre me han explicado cómo se hacen las cosas y cómo puedo hacerlas yo misma. Si no lo sabíamos, lo averiguábamos.

Cuando escucho cosas como «eso es de niñas», cuando veo catálogos que clasifican juguetes por colores rosa/azul, cuando alguien me pregunta si algo no me da miedo porque soy mujer, recuerdo que he tenido una infancia privilegiada, y que queda mucho por hacer, empezando por la forma en que hablamos con las niñas pequeñas.

Imagen: Grow up – Tahel Maor

Selfies desnudos más seguros

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A todos nos gustan los selfies, digan lo que digan los medios citando algún estudio sobre narcisismo e inmadurez. Un selfie implica controlar lo que mostramos de nosotros, el ángulo, el cómo, el dónde y la herramienta. Configuramos imagen a imagen cómo nos vemos y no dependemos de otros que nos definan. En el IFF conocí Safer Nudes, el genial proyecto de la gente de Coding Rights.

En vez de pensar que no tenemos que hacer o enviar a nadie desnudos nuestros que no queremos publicar, por qué no hacer valer nuestro derecho a controlar qué queremos compartir y qué no en internet. El derecho a la privacidad consiste exactamente en eso, en poder decidir qué datos publicamos de nosotros y bajo qué condiciones.

Safer Nudes es un zine (pequeño folleto plegado como un librillo) que puede descargarse e imprimirse desde estos PDFs (1 y 2). Aquí se muestra cómo plegarlo.

En ellos, una guía sexy de los desnudos seguros y una serie de estrategias y herramientas sobre seguridad digital para ejercer nuestro derecho a los selfies y a los desnudos de forma segura:

Disfruta de ti mismo

Toma las fotos que quieras y recuerda: no hay reglas ni límites. Los desnudos no tienen que ser fotos pornográficas, necesariamente: tus desnudos, tus reglas.

¡Anonimiza!

Internet nos ha vuelto stalkers a todos. Si quieres compartir desnudos con alguien en quien no confías, te recomendamos que evites mostrar tu cara, tatuajes, marcas de nacimiento, cicatrices, muebles, etc.

Aplicaciones como Obscuracam te permiten pixelar tu cara y otros aspectos de tu cuerpo o del fondo de la imagen que quieras ocultar. Además, hay que tener en cuenta que cada vez que tomas una foto, detalles como la hora y la localización quedan en ella. Esta información es conocida como metadatos y pueden ser usados para identificarte. Para que te deshagas de ellos puedes utilizar editores de metadatos como Photo Exif Editor (disponible para iPhone y Android).

¿Quedaste expuesto?

La publicación de tus desnudos no es necesariamente algo malo, mientras haya sido tu decisión. Si eres tú quien publica tus propias imágenes porque quieres, nadie debería usarlas en tu contra. Nuestros maravillosos desnudos pueden ser usados para incitar una discusión muy importante acerca de nuestros cuerpos, nuestros deseos y la forma como queremos mostrarlos y usarlos.
Si alguien publicó tus desnudos sin tu consentimiento, esto es posiblemente ilegal. La mayoría de países protege los derechos asociados con la personalidad, que incluyen la protección de la imagen, los datos personales y otra información privada. Entonces siempre deberías poder pedirle a la compañía de internet (usualmente conocida como ISP) que retire estas imágenes no autorizadas. Además de poder remover este contenido, también puedes pedir asistencia legal para examinar la posibilidad de demandar civil o penalmente a la persona que subió tus imágenes. Para más información sobre la recogida de pruebas y cómo proceder en esos casos:

http://withoutmyconsent.org
http://www.womanagainstrevengeporn.com
http://www.takebackthetech.net/know-more

¿Pueden ver mi vagina?

Sí, los gobiernos y las compañías pueden ver nuestros desnudos si quieren. Pero nosotros podemos dificultar esto. Usa el cifrado y crea contraseñas fuertes con palabras largas en otros idiomas, números o caracteres especiales, por ejemplo. De ser posible, cifra enteramente tu teléfono (disponible en Android y iPhone).

Nunca se te olvide que cada archivo que enviamos a través de una aplicación también llega a un servidor propiedad de una compañía. No tenemos acceso a los datos de esos servidores, pero las empresas que son dueñas de ellos sí y también los gobiernos. Y, aunque muchos servicios prometen seguridad y confidencialidad, hemos visto muchas filtraciones, en Snapchat y Ashley Madison, por ejemplo.

Borra o esconde bien

La vida es efímera. Podemos aceptar esto y borrar cada desnudo inmediatamente después de enviarlo (con el modo de autodestrucción activo). Pero guardarlos en una carpeta cifrada también puede ser un buen camino. Recuerda que tu teléfono puede crear backups de tus fotos en varias carpetas: es crucial asegurarte que cada copia ha sido borrada. CC cleaner es una aplicación que ayuda a borrar los rastros de los archivos, disponible para Android, Windows y Mac OS. En caso de que quieras guardar estas imágenes en tu ordenador, asegúrate de usar carpetas cifradas y que sólo tú te sepas la contraseña.

Pero lo máximo acá (lo que mantiene tu trasero a salvo, incluso de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU.) es usar la suite de PGP, disponible para Windows, Linux y Mac OS. Sólo tienes que crear tus llaves (memorizar la privada, compartir la pública) y usarlas cada vez que quieras enviar desnudos u otros archivos privados.

Usa canales seguros para compartir

Una aplicación confiable para compartir cosas íntimas debería ser software libre, ofrecer cifrado de principio a fin, bloqueo para capturar pantalla, mensajes que se autodestruyen, que se borran de los dispositivos y los servidores, no debe requerir correo electrónico, número de teléfono o nombre real como datos de suscripción. Esta es una combinación de criterios que no encontramos en ninguna de las aplicaciones que acá mencionamos. Todo lo que probamos tiene ventajas y riesgos. Así que lo más importante es saber qué está en juego cuando se usa alguno de estos servicios.

Nunca uses mensajes de texto (SMS), iMessage, WhatsApp, Telegram, Facebook (¡por Dios, no!), Tinder, Happn o cualquier otras aplicaciones de mensajería que muestra tu teléfono o que te permite descargar las imágenes que son compartidas con otros. También es sabio evitar aplicaciones que no utilicen cifrado de principio a fin, ya que los mensajes sin cifrar son mucho más fáciles de interceptar. Aplicaciones como Confide y Wickr utilizan este tipo de cifrado y hacen que las imágenes desaparezcan después de ser vistas. Esto es muy diferente de Snapchat, por ejemplo, en donde se requiere un número de teléfono para registrar al usuario y que mantiene las imágenes en línea durante 24 horas. Confide y Wick dificultan mucho más las impresiones de pantalla y te permite saber cuándo alguien lo intenta. El registro en ambos servicios no requiere un número de teléfono. Evita vincular tus cuentas en estas aplicaciones con tu cuenta de correo personal o tu perfil de Facebook, ya que así tus desnudos quedan atados a estas cuentas en algún nivel.

Graffiti en el mundo árabe

El-Seed

Al-Calli-Graffiti, me dicen que así se le llama a un arte que mezcla la escritura caligráfica del árabe con el graffiti. Su inventor es El-Seed, un artista francés de origen tunecino, que aprendió de dos de los maestros caligráficos modernos: Hassan Masood y James Baldwin.

La imagen arriba es una de sus obras en el barrio de Manshiya Nasr, en el Cairo. Allí es donde vive la comunidad copta de Zaraeeb (a los que algunos llaman peyorativamente Zabaleen, que significa la gente de la basura). Durante décadas, estas gentes han recogido los desechos del Cairo, desarrollando un sistema eficiente de reciclaje a nivel global. El-Seed observa que a pesar de eso, el lugar es percibido como sucio y sus habitantes son marginados.

El artista se desplazó con su equipo y con ayuda de la comunidad creó una pieza anamórfica que se esparce sobre unos 50 edificios, y es sólo visible desde cierto punto del monte Moqattam. La inscripción utiliza una frase de San Atanasio de Alejandría, un obispo copto del siglo III, y dice:

Cualquiera que quiera ver la luz del sol claramente sólo necesita limpiarse los ojos primero

‘إن أراد أحد أن يبصر نور الشمس، فإن عليه أن يمسح عينيه’

El-Seed tiene página web y vende sus obras, pero también hay otros otros artistas del graffiti en países árabes más desconocidos o que buscan su anonimato para poder expresarse. Ellos también están llenando los muros de sus ciudades de palabras que son imágenes cargadas de ideas y belleza.

(Thanks, Tarek)

Email is simple, really

Un vídeo instructivo para que cualquiera pueda aprender a enviar un email. Aparentemente en los 80′ tu médico te podía enviar directamente la receta, algo que no hemos logrado hacer llegar a nuestros días. Este vídeo es del programa «Database» de Thames TV, en Reino Unido, y fue emitido el 7 de junio de 1984.

Túnel de viento

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Ayer volé. Estuve en el recién inaugurado túnel de viento que hay en Las Rozas. Al final tanta gente me está preguntando cómo es que lo dejo aquí escrito. Si no tienes ganas de leer todo el post, te lo resumo en una palabra: maravilloso. Es volar.

Hacía tiempo que quería hacerlo y tenía mucha curiosidad: ¿será como volar en sueños?

Cómo es volar en un túnel de viento vertical

En primer lugar: no. Es como en los sueños pero sólo a medias. Lo que es igual es que vuelas, esta sensación de suspenderte en el aire.

Eso sí es igual, esas ganas de reír cuando bajas y subes en un segundo. Pero no, amigos. Lo otro no es igual. Es muchísimo más difícil y hay que concentrarse y controlar tu cuerpo, que está en un ambiente diferente al que está acostumbrado.

No sabemos instintivamente interactuar con el aire para movernos en una u otra dirección y entonces todo está por aprender. Lo bueno es que si recuerdas las indicaciones de los instructores, no cuesta, aunque los primeros segundos puedes estar desorientado, o frustrado, o ponerte muy tenso intentando moverte o estabilizarte. El aire, como un animal que respira tu miedo, reacciona de una manera u otra si estás tenso. Por lo tanto, mejor intentar relajarse y respirar. Esto es fácil de decir y muy difícil de hacer, advierto.

Pero qué es un túnel de viento

La idea es muy simple: unos motores gigantes (en el que yo estuve, cuatro) dentro de un tubo vertical que impulsan el aire a la velocidad inversa al peso de tu cuerpo para hacerte flotar en el aire. Por lo tanto hay una especie de DJ en un panel de control que va dando más o menos potencia según te vea delgado o no. Los paracaidistas usan túneles de viento como entrenamiento y dicen que la sensación es exactamente la misma: si cerraran los ojos no podrían distinguirlo de volar.

Los túneles de viento se utilizan desde el siglo XIX en la investigación sobre aerodinámica, tanto para coches, aviones como para otros objetos voladores. Durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría se construyeron algunos grandes para testar el desarrollo de aviones supersónicos y misiles.

Los túneles de viento verticales empezaron a utilizarse más cuando lo que interesaba medir era la aerodinámica de cuerpos que caían: proyectiles pero también objetos que volvían a la Tierra desde órbita. MadridFly, la empresa que lleva lo de Las Rozas, tiene una línea de negocio con empresas que hacen investigación aerodinámica.

El primer humano que voló en un túnel de viento lo hizo en 1964 pero hasta los años 80 no se construyeron los primeros con fines comerciales y de entretenimiento.

Mi experiencia

Si es la primera vez que vuelas, te dan una clase breve para que sepas cómo mover tu cuerpo, cómo manejarte en el túnel y las señas que te hará el instructor cuando estés ahí, porque hay mucho ruido y estarás con tapones en los oídos y casco.

Pueden volar niños desde 5 años y cualquier persona que no tenga problemas de espalda o cuello, y siempre un instructor te acompaña. Contra mis expectativas, el tiempo de vuelo es un minuto por vez. Yo pensaba que iba a ser corto pero ahí, amigos, el tiempo transcurre de otra forma.

En los primeros segundos sentía que no controlaba bien mi cuerpo pero enseguida me acostumbré. Hacía mucha fuerza y notaba que me tensaba o que me olvidaba de respirar por estar concentrada en tantas cosas. Supongo que la adrenalina se te dispara porque después de unos segundos de poner el pie en tierra la primera vez sentí un agotamiento intenso y una sensación maravillosa.

Son dos pases de un minuto. En el segundo estaba mucho más relajada y disfruté mucho más. Los instructores no te dejan ir muy arriba pero en la segunda parte uno de ellos te toma de las agarraderas que tiene tu traje y te lleva con él hacia arriba y vuelve a bajarte muy rápido. Es una sensación tan hermosa que había quien gritaba como si estuviera en una montaña rusa. Yo no podía cerrar la boca por reírme a carcajadas y no logré saber cómo hacer para que el aire no me llenara la boca. La próxima vez que vaya se los pregunto.

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