¿Todavía hay alguien que quiera instalar el Windows Vista en plena era Ubuntu?
Las palabras sesgadas
Algo sobre la importancia de las palabras y la responsabilidad del periodista.
Periodismo de guerra
LAS PALABRAS SESGADAS SOBRE MEDIO ORIENTE
Las palabras no son neutras. Al contrario, debido a su utilización sesgada por parte de una prensa que proyecta la realidad de las sociedades democráticas, el público occidental no logra comprender la situación en Medio Oriente y en el mundo árabe. Un pantano lingüístico se suma al de la guerra.
por Joris Luyendijk
Periodista holandés, autor de Casi humanos. Imágenes de Medio Oriente (en holandés, Podium, Ámsterdam, 2006), libro del que se vendieron en Holanda más de 600.000 ejemplares.
Traducción: Carlos Alberto Zito
Comprender el qué, el dónde, el cuándo, el quién y el cómo, para luego escuchar a cada parte sobre el porqué, sin dejar de diferenciar los hechos de las opiniones, es el modo de reconocer el periodismo de calidad. ¿Qué prometen los spots promocionales de CNN, Fox-News o Al-Jazeera, sino la objetividad? “We report, you decide”: Nosotros informamos, usted decide. Sin embargo, luego de cinco años de trabajar como corresponsal en Medio Oriente, mi conclusión es pesimista: los periodistas occidentales no pueden reflejar con precisión, y aun menos de manera objetiva, el mundo árabe y Medio Oriente. Incluso cuando siguen al pie de la letra las reglas periodísticas, pintan un panorama profundamente sesgado y deformado de la región.
El problema esencial remite a las palabras empleadas: las que utilizan los periodistas no significan nada para el público occidental o son interpretadas de maneras diferentes, o son simplemente deformadas.
Los mejores ejemplos de esos términos “desconocidos” para el público estadounidense y europeo son las palabras “ocupación” y “dictadura”. La ignorancia de lo que es una dictadura no es monopolio de los intelectuales ni del público en general. En la época en que yo era corresponsal, recibía de vez en cuando reprimendas del jefe de redacción: ¿Por qué hacía falta tanto tiempo para obtener una visa para ir a Irak en tiempos de Saddam Hussein? ¿Y por qué no había ido aún a Libia? “¿Cómo que no te dan visa? ¡Tienes que insistir!” Para no hablar del pedido de un célebre periodista de investigación que quería obtener los datos para localizar a los servicios secretos jordanos, o de un contador que me exigía los recibos por cada persona que yo había tenido que sobornar durante mi viaje al Irak del ex dictador.
Sin embargo el jefe de redacción, el contador y el periodista de investigación seguían la actualidad de cerca, leían los diarios y veían la televisión. ¿Pero acaso esos diarios o esos canales de televisión explican lo que es realmente una dictadura?
El libro que publiqué en el verano boreal de 2006 trata de ese tema: el miedo, la desconfianza, el lavado de cerebro, la corrupción y la destrucción deliberada de los recursos humanos, del amor propio, de la opinión pública. El editor estaba personalmente implicado y lo leyó varias veces. Cuando fue a la feria del libro de Francfort, volvió lleno de entusiasmo: había hablado del libro con un colega egipcio que se mostró interesado: ¡mi éxito en el mundo árabe era inminente! Mi editor estaba feliz, hasta el día en que le explicaron que había una contradicción en los términos: ¿una dictadura podía autorizar la publicación de un libro cuyo tema es el carácter execrable de esa misma dictadura? Aún luego de haber digerido cien páginas consagradas al culto del miedo sobre el que se apoyan los Estados policiales, la palabra dictadura seguía siendo para él una abstracción.
¿La palabra “ocupación”, puede estar igualmente vacía de sentido para los lectores y los telespectadores occidentales? Semejante vacío explicaría por qué se le exigen cada vez más pruebas a la Autoridad Palestina de que “hace suficientes esfuerzos para luchar contra la violencia”, mientas que casi nunca se le pregunta a los portavoces del gobierno israelí si ellos “hacen suficientes esfuerzos para luchar contra la ocupación”. No caben dudas de que los ciudadanos occidentales saben en qué consiste la horrible amenaza terrorista, aunque más no sea porque los políticos de derecha se lo recuerdan regularmente. ¿Pero, quién le explica al público occidental el terror que se oculta tras la palabra “ocupación”? Independientemente del año que se tome como referencia, la cantidad de civiles palestinos muertos a causa de la ocupación israelí es al menos tres veces superior al de los civiles israelíes muertos a causa de atentados. Pero los corresponsales y los comentaristas occidentales que hablan de los “sangrientos atentados suicidas” no hablan nunca de la “sangrienta ocupación”.
Proyecciones democráticas
Los horrores diarios de la ocupación israelí se mantienen en su mayoría invisibles, pero “la información” proveniente de las dictaduras llega efectivamente a los diarios y a la televisión occidentales. Se presenta entonces un nuevo problema: cuando los periodistas describen los acontecimientos, utilizan el vocabulario de las democracias. Hablan de “parlamento” o del “juez”, dicen “el presidente Mubarak”, en lugar de “el dictador Mubarak”, y mencionan al Partido Nacional Democrático, cuando el mismo no es ni “democrático” ni un “partido”. Citan a un profesor universitario del mundo árabe, pero olvidan añadir que está controlado y vigilado por los servicios secretos. Cuando en la pantalla de la televisión aparecen algunos jóvenes furiosos que queman la bandera danesa en un Estado policial, llaman a eso “una manifestación” y no una operación de comunicación.
Lo que resulta desconcertante es que los corresponsales en Medio Oriente conocen perfectamente lo que significa una ocupación y una dictadura. Trabajan y viven en países árabes y en los territorios palestinos, tienen allí amigos, colegas y familias que no pueden fiarse a ninguna regla de derecho. Esos amigos, esos colegas, esas familias, no son ciudadanos sino sujetos, casi sin defensa, y ellos lo saben. ¿Pero como podría saberlo el público occidental, cómo podría saber verdaderamente de qué manera funciona el sistema? Sobre todo cuando el vocabulario utilizado da a entender que las democracias y los Estados policiales funcionan casi de la misma manera, con un parlamento, un presidente, y, el colmo de los colmos, con “elecciones”.
Hay palabras que no significan gran cosa para los ciudadanos corrientes occidentales. Otras expresan cosas muy distintas. Se trata de palabras en sí mismas deformadas: unos pocos minutos de zapping por los distintos canales satelitales basta para demostrarlo. ¿Hay que decir “Israel”, “la entidad sionista”, “la Palestina ocupada”?
¿”Intifada”, “nuevo holocausto” o “lucha por la independencia”? ¿Tal parcela de tierra es “cuestionada” u “ocupada”?, ¿y debe ser “concedida” o “devuelta”? Cuando Israel cumple con una condición que figura en un tratado firmado, ¿se trata de una “concesión”? ¿Existe una “negociación” entre israelíes y palestinos? Y en tal caso, ¿cuál es el margen de maniobra de los palestinos, sabiendo que el término “negociación” implica concesiones mutuas entre dos partes más o menos iguales?
No hay palabras neutras. ¿Qué vocabulario adoptar entonces? No es fácil escribir un despacho de prensa de este tipo: “Hoy en Judea y Samaria / en los territorios palestinos / en los territorios ocupados / en los territorios en disputa / en los territorios liberados, tres palestinos inocentes / terroristas musulmanes, fueron eliminados preventivamente / brutalmente asesinados / asesinados por el enemigo sionista / por las tropas de ocupación israelíes / por las fuerzas de defensa israelíes”. O en el caso de Irak: “Hoy, los cruzados sionistas / las tropas de ocupación estadounidenses / las fuerzas de la coalición, atacaron bases de la resistencia musulmana / de los terroristas / de células terroristas”.
La cultura occidental es optimista: cuando usted identifica un problema se le pide al mismo tiempo proponer una solución. ¿Pero, cómo salir de ese pantano lingüístico, sino quizás reconociendo más claramente los prejuicios y los inevitables filtros que tiene toda labor periodística, y terminando con el engaño de las consignas marketineras? Nosotros informamos, usted decide: de acuerdo. Pero nosotros decidimos lo que usted ve y cómo lo ve.
Felizmente, queda una última categoría de palabras sobre la cual los medios occidentales podrían esforzarse un poco más. ¿Por qué un judío que reclama la tierra que le fue dada por Dios es un “ultranacionalista” mientras que un musulmán que esgrime el mismo razonamiento es un “fundamentalista”? Un dictador árabe que opta por una política diferente a la de los occidentales es un “anti-occidental”, pero esa etiqueta no se aplica nunca en el otro sentido. ¿Qué líder estadounidense fue calificado de “radicalmente anti-árabe”? Un responsable político israelí que cree que sólo la violencia puede proteger a su pueblo es un “halcón”. ¿Alguien oyó alguna vez hablar de un “halcón” palestino? No. Será un extremista o un terrorista. Los responsables israelíes que creen en el diálogo son “palomas”, mientras que un palestino que opta por la misma vía es un “moderado”, lo que da a entender que, a pesar de que la violencia reside en el corazón de todo palestino, ese logró, gracias a Alá, “moderar” sus tendencias profundas. Y mientras que Hamas “odia” a Israel, ningún partido o líder israelí “odió” nunca a los palestinos, ni siquiera cuando esos líderes utilizan su puesto gubernamental para preconizar la expulsión de los palestinos. ¿Salvo que se trate de una “limpieza étnica”, de una “mudanza involuntaria” o de una “transferencia”?
J.L
De LE MONDE Diplomatique, Edición Cono Sur. Servicio Informe-Dipló 14/03/2007
In case of emergency
En estos días circula un email con una idea para que agreguemos las siglas ICE a un contacto de nuestro móvil en caso de que tengamos un accidente. En la obsesión que tenemos todos por averiguar si es cierto o no, si es un bulo o no, hay quien ya me ha ahorrado trabajo y búsquedas.
Más
ICE, las tres letras que pueden ayudarte (El País)
In case of emergency, Wikipedia
Frozen with water | Agua congelada
Julio Cortázar
¿Qué puede uno decir de Cortázar que no digan ya sus textos?
Ayer salió su nombre otra vez, una amiga holandesa acaba de descubrirlo y está fascinada. Hoy estuve releyéndolo.
Preámbulo A Las Instrucciones Para Dar Cuerda Al Reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Instrucciones Para Dar Cuerda Al Reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
http://ar.geocities.com/veaylea2002/cortazar/cortazar.htm
http://www.juliocortazar.com.ar/obras.htm
http://www.literaberinto.com/CORTAZAR/cortazar.htm
Los Freegans
Leyendo la descripción de un freegan, me dí cuenta de que es algo que resume muchas de mis convicciones y comportamientos. Los freegans son personas que «emplean estrategias alternativas para vivir, basadas en una participación limitada en la economía convencional, y en un mínimo consumo de recursos».
«Tras años intentando boicotear productos procedentes de corporaciones causantes de la violación de derechos humanos, de la destrucción ambiental y el abuso de animales, muchos de nosotros descubrimos que independientemente de lo que compráramos siempre acabábamos apoyando algo deplorable. Entendimos entonces que el problema no es sólo unas pocas malas empresas sino el propio sistema en su totalidad.»
¿Plantean los freegans vivir fuera de esta sociedad? Creo que no. Si has vivido en un país del tercer mundo, y si además has pasado épocas con poco dinero, sabrás que las sociedades del primer mundo se caracterizan por un consumismo alienante. Es un sistema, con partes perfectamente engrasadas para que funcione así, pero tú puedes elegir: dejarte llevar, o actuar en consonancia con lo que piensas y sientes.
Personalmente hay opciones que me parecen un poco extremas, por ejemplo lo de recoger comida de la basura. Creo que hay un riesgo de intoxicación alimentaria, aunque ellos dicen que no es así.
Sin embargo creo que para compartir los principios de los Freegans no hace falta que te hagas comedor de basura, ni siquiera vegetariano, ni okupa. A mí me vale con hacer lo que pueda, aunque sea poco, aunque parezca poco. Si puedo reutilizar cosas que estaba por tirar, si evito comprar cosas que realmente no necesito, está bien, aunque no pueda plantar un huerto. Si no tengo sitio, siempre tengo mis habilidades, y puedo entrar en un banco de tiempo. Si no puedo ir al trabajo en bicicleta pero sí puedo usarla para hacer la compra o para ir a clases, está bien. Si ni siquiera puedo hacer eso, pero puedo moverme en trasporte público, también está bien.
Links:
Qué es un freegan?
Podcast over freeganism (in english)
Food not Bombs
Freecycle, un gral lugar para intercambiar cosas gratis
Banco de tiempo San Javier
Cambio climático
Todavía no hemos terminado ni el segundo mes de 2007 y ya sé cuál va a ser el tema del año. Dos palabritas que se escuchan mucho, por suerte, porque aunque muchos vienen hablando de esto hace tiempo, parece que hasta ahora solamente entraba en la agenda de temas alternativos de los medios. O mejor dicho, en la agenda de los medios alternativos.
Ojalá no sea demasiado tarde. El otro día leí esto en El País, y pensé que por primera vez la gente se está dando cuenta de que no es normal tener en invierno ropa de verano fuera porque dentro de los bares, aeropuertos, oficinas hay temperaturas casi tropicales. Claro, la palabra revolución nos deja contentos y entusiasmados, pero el tomar conciencia ya es la mitad de la solución.
EL PAÍS, 11/02/2007
La segunda revolución energética
Después de la crisis del petróleo en los 70, el cambio climático vuelve a
imponer el ahorro
Se acabó ir con jersey al cine en verano
R. M. – Madrid –
Trabajar con chaqueta en verano, llevar un jersey al cine en agosto, luces de navidad encendidas durante meses y centros comerciales asfixiantes en enero son incompatibles con la lucha contra el cambio climático. Si la subida de precios del petróleo en los 70 obligó a diseñar coches más
eficientes, el calentamiento obliga a una segunda revolución energética.
Pero los motivos para reducir el consumo de petróleo y carbón no son sólo ambientales, sino económicos, al menos en el caso de España y la Unión Europea. España importa el 82% de la energía que consume y seguir creciendo al ritmo actual y dependiendo del gas de Argelia o el petróleo de Arabia no es la estrategia más inteligente. La memoria del Instituto para Diversificación y el Ahorro de la Energía del Ministerio de Industria señala que la dependencia energética «reduce la competitividad de la economía española». A continuación se exponen un resumen de la Estrategia Nacional de Lucha contra el Cambio Climático, el documento del que debe partir esa segunda revolución.
GASES DE INVERNADERO. Demasiadas emisiones
España emitía a finales de 2005 un 52% más gases de efecto invernadero que en 1990 pese a que para cumplir el Protocolo de Kioto sólo puede emitir un 15% más que en 1990 en el periodo 2008-2012. La estrategia cifra las emisiones actuales en el 48%, la de finales de 2004 y no incluye el dato actualizado, que es peor. El texto achaca el aumento desmesurado de emisiones a la falta de medidas del anterior Gobierno y al «crecimiento de población y de desarrollo económico registrados en España».
El documento asegura que, de no hacer nada, España emitirá en 2012 un 50% más que en 1990 y que sin las medidas adoptadas por este gobierno el aumento sería del 70%. Estas mediadas son el plan de energías renovables, el plan de eficiencia energética y la asignación de derechos de emisión de CO2 a las industrias, principalmente.
La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha oscilado en los últimos 650.000 años entre 180 y 300 partes por millón. Actualmente está en 379 ppm pero lo más preocupante es que en 50 años puede prácticamente duplicarse. Estos gases frenan la salida del calor que emite la Tierra y recalientan el Planeta.
AHORRO ENERGÉTICO. «Penalizar el derroche»
La base principal de la estrategia es ahorrar energía, sobre todo electricidad. Los expertos coinciden en que es necesario subir el precio de la luz, ya que en España ha bajado más del 20% desde 1996 (descontando la inflación), lo que ha contribuido a disparar el consumo. Entre 1998 y 2005 la producción de electricidad ha crecido un 48%, más de lo que lo ha hecho el Producto Interior Bruto. Con los Gobiernos de Aznar y los dos primeros años de Zapatero, el precio de la luz ha bajado.
El texto habla de «disuadir los consumos excesivos mediante modificaciones en la tramificación de la estructura horaria». Esto implica crear una tarifa por tramos para que pague más proporcionalmente quien más consume. En otro apartado, el texto habla de «establecer modificaciones en el sistema de tarificación de los productos energéticos donde se incluyan los costes externos medioambientales y se desincentiven los consumos excesivos». La subida de precio de la electricidad es una pata fundamental para cumplir Kioto, según los expertos, ya que actualmente la tarifa se queda muy lejos del precio real de la electricidad y el déficit a favor de las eléctricas crece cada año. Cada vez que el plan alude a subidas de impuestos, lo hace de forma alambicada, nunca directamente.
Además, la Estrategia anuncia la instalación de «contadores inteligentes que reduzcan el consumo en situaciones en que el precio sea elevado» y limitadores de potencia telemandados. En enero Industria anunció que la sustitución estaría completada en cinco años, pero después eliminó el plazo.
Sobre el consumo energético, el Plan se remite al Plan de Energías Renovables e incide en que en 2010, el 12% de la energía procederá de fuentes renovables (actualmente es el 5,9%) Para ello anuncia mayores ayudas a los biocarburantes, la biomasa y la energía solar. Ni menciona la energía nuclear.
AIRE ACONDICIONADO. «Una norma de eficiencia»
Uno de los puntos que será más polémicos es la de limitar el consumo de los equipos de aire acondicionado mediante «la creación de una norma técnica de eficiencia de los equipos de aire acondicionado». La medida trata de frenar el consumo desbocado de los aparatos de aire acondicionado, cuyo volumen de ventas se multiplicó por cuatro entre 1997 y 2005. Además, el Gobierno extenderá la certificación energética que actualmente tienen lavadoras y
frigoríficos a todos los electrodomésticos y endurecerá los requisitos energéticos «de los materiales puestos en el mercado» para viviendas y oficinas.
El texto añade que habrá «una norma técnica sobre eficiencia y ahorro energético en el alumbrado público». El Ministerio de Medio Ambiente ve cada año cómo sus llamadas para que los ciudadanos ahorren con la luz se diluyen ya que los ayuntamientos cada vez gastan más en alumbrado navideño (el de Madrid duplicó este año el gasto en luces de navidad).
GRANDES ALMACENES. «Programar la temperatura»
El texto prevé «establecer sistemas de programación de temperatura interior en centros comerciales y edificios públicos, evitando pérdidas de refrigeración a través de las puertas». Para vigilar el cumplimiento, el Gobierno quiere «establecer vías de inspección y seguimiento de las medidas de ahorro en el sector terciario», en centros comerciales, bares, restaurantes y cines. Se acabó estar en el cine en verano con el jersey y en manga corta en invierno. El Gobierno no tiene inspectores por lo que intentará que los inspectores de Sanidad de las comunidades autónomas,
además de mirar la higiene, controlen que el derroche energético no sea excesivo. Para que no todo sean inspecciones, la Estrategia anuncia «instrumentos fiscales que incentiven medidas de ahorro energético en grandes superficies y/o penalicen derroches energéticos en el sector servicios».
VIVIENDAS. «Paneles solares en casas»
La estrategia extiende «la utilización de paneles solares en nuevas viviendas, independientemente de su tamaño», un cambio radical para dar un impulso a la energía solar. Con el Código Técnico de la Edificación que entró en vigor en septiembre, sólo los grandes edificios tienen que tener paneles solares. La estrategia crea un sistema de control para ver que este código técnico se cumple. Además, la norma obliga a «cambiar las calderas de carbón por combustibles más limpios, como la biomasa, sustituyendo progresivamente el consumo de carbón para conseguir su completa sustitución en 2012».
En otro apartado incluye la creación de «subvenciones o incentivos» para «el aumento de la eficiencia en edificios antiguos».
TRANSPORTE. Autobuses a las empresas
Para el transporte, el Gobierno quiere «limitar el consumo de combustible de las nuevas terminales de transportes» que deberán «tener una arquitectura bioclimática», potenciar el ferrocarril creando «una red ferroviaria de altas prestaciones, para el tráfico mixto de viajeros y mercancías de forma que en 2020 el 90% de la población esté a menos de 50 kilómetros de dicha
red». Además, anuncia una ley sobre «movilidad sostenible» y «la puesta en marcha de las autopistas del mar como alternativa de gran calidad y competitiva con el transporte terrestre de mercancías».
También anuncia «el fomento de los biocarburantes» y la «utilización de vehículos limpios en las flotas de transporte urbano». El Gobierno también quiere «planes de movilidad para grandes empresas», «mejora del acceso de transporte público a los polígonos industriales y empresariales», aumento de los carriles rápidos para los coches con tres o más ocupantes y
carriles-bici.
Pero la medida que puede tener más efecto es la de «fomento, mediante instrumentos económicos, de los vehículos energéticamente eficientes en turismos, autobuses y camiones» para lo que fija la «modificación del impuesto de matriculación de modo que se incentiven la adquisición de vehículos menos contaminantes». Hacienda, Medio Ambiente e Industria tienen
listo desde hace año y medio una reforma del impuesto de matriculación que aumenta el gravamen sobre los todoterreno, los coches de más de 2.500 centímetros cúbicos, motos acuáticas y quads.
INVESTIGACIÓN. Secuestro de CO2
El Gobierno opta por almacenar parte del CO2 bajo tierra. Esta medida es muy criticada por los ecologistas -consideran que no va a la raíz del problema- pero avalada por los científicos de Naciones Unidas -todo lo que reduzca la concentración de CO2 en la atmósfera es bueno, dicen-. La Estrategia apuesta por «localizar fuentes y emplazamientos» y detallar «el potencial de
almacenamiento» del subsuelo.
El Plan pretende «aumentar la superficie forestal mediante acciones de reforestación de tierras agrícolas abandonadas o degradadas teniendo en cuenta el cambio climático previsto» a la hora de reforestar. El objetivo es que el número de árboles aumente a pesar de los incendios y aumente al menos el 2% la absorción de las emisiones de España.
Esta es la hoja de ruta para alcanzar Kioto. O al menos intentarlo. Pero hace falta cumplirla.